FRAY PERICO Y SU BORRICO FrayPericoYSuBorrico | Page 54

Juan Muñoz Martín Fray Perico y su borrico unos, agachados otros, torcidos los de más allá, sorprendidos todos en actitud guerrera. Fray Nicanor no dijo ni pío, se metió en la capilla y se postró ante San Francisco, que estallaba de risa al pensar en las escenas que acababa de ver por la ventana de la capilla. El santo, no obstante, comprendió que el padre Nicanor estaba indignado con mucha razón, y asintió con la cabeza cuando el superior, después de dos horas de meditación, dijo con voz cavernosa: -Desde hoy comerá todo el mundo pan y cebolla para merendar. Y dando un portazo se fue pasillo adelante, enojado, y con razón, por los manchones de tomate que se veían por las paredes. En la fuente del patio se encontró a fray Perico, que se estaba lavando los faldones del hábito, todavía pringosos por la feroz batalla. Y, asiéndole por una oreja, lo llevó al corral, donde estaba fray Pascual quitando el estiércol con un rastrillo. -Desde hoy ayudarás al hermano Pascual a cuidar de la granja -gritó con voz de trueno. - 54 -