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SÍSIFO EN GAZA

Por: El país

Tipo de Articulo: Opinión

Fecha:10/09/2014

Reconstruir Palestina puede costar unos 9.000 millones de euros. Pero no se trata de una catástrofe natural. ¿No esperarán que volvamos a pagar los platos rotos, no?.

Ha empezado el baile de cifras sobre la reconstrucción de Gaza después de la penúltima agresión israelí. Las autoridades palestinas la valoran en unos 3.900 millones de euros, aunque habría que invertir 6.000 millones para recuperar cierta normalidad. La ONU considera que seguramente habría que poner encima de la mesa 9.000 millones.

Con un poco de suerte, en breve habrá la inevitable conferencia de donantes, donde se harán promesas que, en pocos meses, se comprobarán de nuevo infundadas. Ya se sabe, hemos cooperado por encima de nuestras posibilidades pero tenemos un gran compromiso en la lucha contra la pobreza, on connait la chanson. Para aliviar la desesperante situación, algunas organizaciones activan ya todos sus resortes, SMS y presentadoras de prime time, no es para menos.

Alto, un momento. ¿No esperarán que volvamos a pagar los platos rotos, no? Esto no ha sido una catástrofe natural, donde los culpables de que la población no haya podido escapar a sus efectos puedan más o menos esconderse detrás de los márgenes de error de nuestra simulaciones meteorológicas o cálculos de dinámica de fluidos. No, esta vez hay nombre y apellidos, responsables de dar órdenes precisas para destruir objetivos civiles sin ningún interés militar. La administración israelí ha invertido casi 2.000 millones de euros en convertir Gaza en una montaña de dos millones de toneladas de escombros. Los ciudadanos del resto del mundo hemos estado contribuyendo a reconstruirla, en una nueva versión del mito de Sísifo, en incontables ocasiones. El Ayuntamiento de Barcelona, sin ir más lejos, veía cómo sus intervenciones urbanísticas en la franja quedaban hechas añicos en la anterior campaña israelí. Al final se cansó de llenar un pozo sin fondo, claro está.

Podemos adelantar la ayuda, pero con la condición de que sea una deuda contraída por Israel con los donantes

Ahora que nos replanteamos cómo seguir financiando nuestra cooperación, vistos los recortes indiscriminados de las diferentes administraciones en España, quizás debiéramos pensar en nuevos instrumentos que, como en este caso, carguen sobre los mecanismos y actores que generan desigualdades y pobreza, todo el peso de su reparación.

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