El deporte de motor ha sido, es y será
un deporte para gente pudiente, y si
no tienes medios para costearte el vehículo (ya sea coche, moto, camión o
lo que sea con lo que quieras correr),
los neumáticos, el combustible o simplemente la inscripción para apuntarte a dicha competición, no podrás participar en ella. Así, si no eres miebro
de una familia adinerada que pueda
sufragarte ese capricho debes buscar
dichos medios en “otras casas”.
Este podría decirse que es el principio del patrocinio de los que tienen
pocos recursos para correr, pero hay
otro que cuenta mucho más cuando
hablamos de la élite, tanto si hablamos de un piloto top, un fabricante
importante o una prueba prestigiosa.
En estos se fijan muchas miradas y
las marcas ven con muy buenos ojos
que sus logotipos y sus colores se relacionen con ellos.
Desde que el “motorsport” empezó a
dejar de ser una pachanga para los
gentleman drivers para pasar a ser un
deporte de profesionales, los grandes
sponsors han estado ahí. Primero las
marcas de neumáticos, luego los lubricantes y combustibles o los componentes de cada una de las partes de
los vehículos y por último empresas
totalmente ajenas al mundo de, en
este caso, la automoción.
Una de esas marcas ajenas a los coches fue Gold Leaf, una tabacalera
que se fijó a mediados-finales de los
años sesenta en el equipo Lotus de la
Fórmula 1 para estampar sus colores
rojo y dorado. Fue algo impactante
ver como un equipo británico dejaba
sus tradicionales colores verdes para
“venderse” al mejor postor, pero aquello gustó y otras tabacaleras pensaron
que era un buen camino a seguir.
INICIOS EN LA FÓRMULA 1
En 1972 entró en escena la principal
marca de Phillip Morris: Marlboro. La
tabacalera estadounidense desembarcó a través de un equipo similar
a Lotus, BRM, el cual había tenido
una gloriosa y victoriosa década en
los años sesenta con grandes pilotos
como Graham Hill o Jackie Steward.
Los colores en esta ocasión reflejaban
perfectamente el diseño de sus cajetillas, con un fondo blanco y franjas
rojas en forma de pico.
La asociación entre BRM y Marlboro
no fue todo lo exitosa que se deseaba,
pero la victoria de Jean Pierre Beltoise
en el G.P de Mónaco hizo que en Phillip Morris se saboreara la victoria, y
a partir de ahí no quisieron quedarse
sin ella.
Williams, Mclaren, Ferrari... Desde
ese momento Marlboro ha sido posiblemente de los sponsors más deseados en la Formula 1, pero había que
aprovechar el tirón comercial y se dió
el salto a otras especialidades del motor, siendo los rallys, la categoría que
estaba subiendo como la espuma, la
siguiente en ser elegida.
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