No hay mejor titular para un reportaje
decicado exclusivamente al Rally Festival Trasmiera, y es que todo el que se
haya acercado a Hoznayo para verlo
se ha vuelto a casa con una sensación
muy distinta a la que te dejan los rallys actuales.
Como en cualquier prueba tipo legend, en las que los tiempos contra el
crono no son algo esencial, el disfrute
no viene únicamente p or la velocidad
de los coches y pilotos. Otros factores,
como pueden ser el visual, los sonidos
que son muy diferentes a los de ahora
o el hermanamiento que se da entre
las carpas en el parque de asistencia
cogen importancia, creando un ambiente único.
INSCRIPCIÓN ENVIDIABLE
Para este año los organizadores tenían
la complicadísima papeleta de mejorar lo puesto en escena el año pasado, cuando la lista de los coches posiblemente más deseados (los Grupo
B) fue buena y numerosa, pero con la
llegada del 30 aniversario había que
superarse, llegando a las veintisiete unidades, con diferentes modelos
como los “modestos” Talbot Samba o
los impresionantes Audi Sport Quattro o Peugeot 205 T16.
También había un nutridísimo número de inscritos con vehículos de la
categoría Grupo A: viejos conocidos
como las diferentes versiones de los
Ford Sierra Cosworth, los siempre llamativos y espectaculares BMW M3,
varios Lancia Delta, tres unidades inglesas de los Toyota Celica o unidades
muy poco vistas como los Subaru Legacy y Mitsubishi Galant, ambas con
un pasado muy jugoso...
Numerosos también los encuadrados
entre los Grupo 2 y Grupo 4: Ford Escort tanto MK1 como MK2, multitud
de Porsches 911, Fiat 131, diferentes
versiones de Opel Kadett, Ascona y
Manta, o el “terrible” Vauxhall Firenze
80