rozaba su primera clasificación para una final, algo que según él mismo dice, está ya muy
cerca. Un tercer coche era conducido por otro
ex-rallyman después de la participación de
Francois Duval en Bélgica, siendo en esta ocasión el británico Guy Wilks, que ya sorprendió el año pasado metiéndose en la final. Pero
subirse a un coche de estos sin hacer tests es
complicado si lo que quieres es hacer una buena carrera, quedándose muy retrasado y no logrando llegar a las semifinales.
Peor lo pasó el piloto local, Liam Doran. Con el
motor de 2L ya disponible para su Mini, el de
Kent quería ser profeta en su tierra, pero problemas y más problemas se cebaron con él y no
llegó ni a tener opciones de clasificarse.
Tampoco estuvieron exentos de problemas los
Seat Ibiza del Münnich Motorsport. Con mucho
por mejorar y faltos de motor, poco pueden hacer en un circuito donde la potencia es esencial,
no entrando entre los diez primeros en ninguna de las mangas sus dos pilotos, siendo además excluido en una de ellas Reinis Nitiss por
un toque contra Grönholm
Mal fin de semana también para uno de los
cocos del certamen. Robin Larsson no estuvo
nada fino en Lydden Hill, y sin tiempos a destacar no llegó a superar la décima posición en
ninguna de las cuatro mang as clasificatorias, lo
que unido a dos malas mangas le dejaba fuera
de juego a las primeras de cambio.
El que estuvo en Lydden Hill... Pero no estuvo,
fue otro americano, Tanner Foust, quien con
unos persistentes problemas eléctricos finalizaba de mala manera las dos mangas del sábado pero a las del domingo ni salía, tras ser
imposible dar con ellos.
Por último, y dándose el lujo de participar junto a los pilotos mundialistas, el británico Julian
Godfrey se situaba en el fondo de la tabla después de llevar un ritmo muy discreto durante tres de las cuatro mangas de clasificación,
mientras que en la primera sufría un espectacular accidente a la salida de la Joker Lap.
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