Formula Rally Magazine nº10 Septiembre 2016 | Page 96
1985 era el año en el que Salvador
Servià se afianzaría como claro favorito para convertirse en Campeón de
España de Rallys. Tras unos años corriendo con Seat y sus 1430, con un
Fiat 131 Abarth y con los Ford Fiesta
XR2 y Escort RS1600 de los Concesionarios Ford, en 1984 consiguió con
el apoyo del Real Automóvil Club de
Catalunya y Bendibérica y programa
bastante potente para correr en el Nacional con un Opel Manta 400 del preparador italiano Conrero.
No era una marca desconocida para
el piloto nacido en Pals (Gerona), pues
en su carrera preferida, el Rally de
Montecarlo, ya había participado con
un Ascona 400 del mismo equipo en
1983, de hecho en toda su carrera parcicipó en un total de once ediciones,
incluyendo la de 1973 con un pequeño
Seat 127 en la que fue su luna de miel.
Para 1985, Servià esperaba con ansia
la llamada del equipo oficial Opel para
conducir uno de sus Manta 400, pero
el elegido finalmente no fue él:
“Cuando supe que General Motors
fichaba a Beny Fernández y no a
mí, me puse en contacto con Jorge de Bagration. A las pocas horas
contactaba conmigo el responsable
de Rothmans España, el Sr. Claude
De Magnée”
El equipo elegido fue la Jolly Club, que
se encargaría de mantener y asistir en
carrera un coche que pocos pensaban
que llegaría a competir regularmente
por nuesto país, el Lancia 037 Rally.
Después de correr nueve años seguidos, hubo que renunciar a la nieve y el
hielo de Montecarlo. Su proyecto para
el Nacional fue montado bastante tarde y no había margen para participar
en la primera prueba mundialista con
las mayores garantías, por lo que se
dejó para otro año. De hecho la primera carrera de la temporada, el Rally Costa Brava, fue más una prueba
de adaptación que una carrera contra
el crono, pero no se dió nada mal, rodando en unos tiempos muy cercanos
a la cabeza en los tramos de asfalto
mientras que en tierra había que tomárselo con más calma.
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