Fisonomía de las Transformaciones Cuentos Séptimos ok | Page 82

- ¿será que esa bestia es el profesor Taylor? - le preguntó a María, su mejor amiga. -como se te ocurre, nuestro maestro es una gran persona- respondió su amiga. - solo digo, las apariencias engañan- replicó Eliecer, muy seguro de lo que decía. Llegaron de nuevo a casa todos los integrantes de la excursión. Eliecer y María se pusieron un nuevo objetivo, el cual era ganarse la confianza de Taylor, para darse cuenta de la incógnita que albergaba en ellos dos. Pasaron 2 meses para que ese objetivo se cumpliera, entonces Eliecer y María se volvieron muy buenos amigos del profesor. Se fue demostrando un cambio bastante grande en la actitud del biólogo Taylor, que hizo que aumentara más la duda que querían esclarecer. Durante un tiempo se dieron a conocer muchos relatos de muertes por manos de una bestia que no podía ser descrita, que según los que pudieron ver los actos que cometía decían, que era una especie de homo que descargaba toda su rabia en las personas, como si siempre hubiese querido hacer el mal. Por las investigaciones de la policía, se dieron cuenta de que este ser desastroso había cometido 19 asesinatos, que eran realmente inexplicables por su tan alta crueldad, era algo inhumano a lo que la gente mejor decidió no salir de sus casas. Pasaron 2 semanas, sin tenerse rastro de ningún asesinato por manos de esta especie, todo fue una gran felicidad de la cual la gente se alegraba, la gente salía a las calles y compartían con sus familias. El profesor Taylor se encontraba en su casa cuando inesperadamente llegaron Eliecer y María. Él Sr. Taylor sufrió un gran susto puesto que sus amigos llegaron en el momento donde escribía una carta que nadie podía leer. 23 de diciembre, eran las 10:00 A.M. Cuando este ser, asaltó al alcalde de la ciudad; el cual estaba en su despacho cumpliendo con sus labores, y le dejó un gran aruñetazo en su brazo derecho, esta vez ya no fue la gente del pueblo si no el alcalde el que pedía auxilio y gritaba por el vil acto del cual era víctima. 82