FEBRERO 2020 1 | Page 9

Claudia López Rivera disfrutó con su familia la variedad de tamales. Ella fue fiel a los de chipil y rajas con queso, sus preferidos. “Están buenos estos tamalitos, muy bueno el evento, ojalá se haga nuevamente el próximo año”, expresó contenta esta mujer que se dice acapulqueña de corazón.

Para Jesús Chopín Ramos, quien vino desde Copala, este evento deberían promocionarlo más tiempo con la participación de tamaleras de todo el estado de Guerrero. “En mi Costa Chica hay muy buenas tamaleras y se enriquecería la propuesta gastronómica sin se abre para que vengan gente de las siete regiones”, dijo a manera de propuesta este hombre que disfrutó el espectáculo con sus esposa y sus tres menores hijos.

“Nomás alcanzamos un tamal cada quien, pero valió la pena venir porque nos divertimos con la carrera de botargas y con la música viva. Esto deberían hacerlo más seguido para que venga más gente a visitarlos”, propuso Javier Guevara, visitante del Estado de México.

La gente hacía rueda a Antonio García y su pareja Minerva Hernández. Los capitalinos bailaban de jaladito al más puro estilo “chilango”. ¡Que se repita!, nos respondió cuando le preguntamos su opinión del evento de la tamaliza.

La alcaldesa Adela Román Ocampo saludaba a los visitantes y residentes que acudieron a la convocatoria del Ayuntamiento para participar en el Festival del Tamal 2020 como parte de la tradicional celebración de la Candelaria.

La propuesta inicial era hacer un tamal ensamblado de 300 metros lineales. Al final alcanzó una longitud de 475, según certificó el Notario Público número 13, Arturo Betancourt Sotelo.

Y para el próximo año, el objetivo será ganar el Récord Guinness con el tamal ensamblado más grande en la historia, y rescatar el carnaval de Acapulco.

El Festival del Tamal Acapulco 2020 fue sin lugar a dudas un evento exitoso celebrado en paz y armonía social. La gente salió a la calle, como no se veía en muchos años, a divertirse en el primer puente del año. Acapulqueños y visitantes de varios estados del país y del extranjero fueron testigos de la transformación del puerto. ¡Viva Acapulco!