FARMACOECONOMIA 1 | Page 15

Desenlace del estudio de costo-beneficio: Compara el coste de una intervención médica con el beneficio que produce. En este estudio tanto los costes como los beneficios son medidos en términos económicos (unidades monetarias). Los beneficios pueden resultar tanto del menor uso de un fármaco (o el empleo de otro de menor coste) o bien por la menor incidencia de efectos secundarios o del uso de los recursos empleados en tratarlos. Este estudio se usa para comparar los costes y beneficios adicionales asociados al uso de uno u otro tratamiento (que podría sustituir a otro que ya se está aplicando), o para comparar los costes y los beneficios totales de un tratamiento con los de otro (aunque se suele preferir para esto el análisis de incremento de costes, porque permite precisar las diferencias entre dos modalidades de tratamiento). Una de las principales limitaciones del análisis costo- beneficio es que hay que asignar un valor monetario a un beneficio aportado por el tratamiento y este proceso no es sencillo. Un error en este cálculo, a menudo no bien definido, invalida los resultados. Además, plantea numerosos problemas (incluso éticos) derivados de asignar valores monetarios a los resultados del tratamiento, ya sea mediante una estimación del capital humano, de cuestionarios a los pacientes o de los costes en función de los supuestos establecidos por los planificadores del estudio o de los médicos que atienden a esos pacientes. A cambio de esto se han elaborado guías de práctica clínica partiendo de estudios interesantes de farmacoeconomía en anestesiología donde se ha comparado la utilidad de la introducción generalizada de pulsioxímetros y capnógrafos (en la mejora de la monitorización hemodinámica y respiratoria de los pacientes), de mantener una farmacia en el área quirúrgica para acelerar la dispensación de determinados productos a menudo de entrega urgente que no son de disposición habitual en los quirófanos o el empleo juicioso de exploraciones complementarias en los estudios preoperatorios, en lugar de solicitar indiscriminadamente a todo paciente que se vaya a anestesiar una batería completa con hemograma, coagulación y bioquímica, un electrocardiograma y una radiografía de tórax, considerando además los costes derivados de un falso positivo en los resultados de estas pruebas, que en ocasiones derivan en la realización de pruebas de diagnóstico más costosas, invasivas y a veces potencialmente peligrosas para el paciente.