REPORTAJE
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FalmedEduca
TElEMEDICINA
El uso de tecnologías de
información y comunicación al
ámbito de la salud es lo que comúnmente se conoce como telemedicina. De acuerdo a información publicada en el portal del
Ministerio de Salud, en Chile se
han desarrollado las categorías
de telerradiología, teleasistencia,
teledermatología y teleelectrocardiografía.
En 2000, dicha secretaría
de Estado dio a conocer el Plan de
Salud Digital. Entre sus prioridades
estaban las de llegar con salud pública a los sectores más apartados
de Chile, reconociendo los esfuerzos de desplazamiento de los habitantes de zonas aisladas.
En diciembre de 2014
la Presidenta Michelle Bachelet
anunció el servicio de telemedicina en más de 200 centros de
salud pública para fines de 2015.
“La idea es contar con atención de
especialistas médicos a distancia,
poniendo al servicio de esta atención toda la tecnología que existe
y que permite entrevistar al paciente, a la familia, o intercambiar
opiniones con los especialistas,
recibir exámenes de laboratorio o
imágenes de radiología a distancia”, declaró la Mandataria a los
medios de comunicación a fines
de 2014.
Algunas de las bondades
promovidas de este sistema es que
permite comparar diagnósticos,
desarrolla métodos de colaboración a distancia y ayuda a ampliar
la cobertura nacional de salud.
La Asociación Médica Mundial aconseja que el paciente no acceda a una consulta por telemedicina, salvo las siguientes condiciones:
“que el paciente y el médico dispongan de elementos de identificación
recíproca fiables; que exista una
previa relación profesional médicopaciente; y que el médico tenga un
conocimiento suficiente del problema en cuestión de modo
que pueda ejercer un
juicio apropiado
y justifica-
ble. Queda al margen el escenario
de urgencia, donde el médico tiene
que basar su juicio en observaciones incompletas debiendo estar
constituido, en estos casos, el factor
determinante de su opinión por la
naturaleza de la urgencia”.
Para el presidente de Falmed, Dr. Sergio Rojas, “lo que pasa
es que en Chile las soluciones transitorias suelen convertirse en situaciones permanentes. Eso es peligroso porque todavía las políticas
para resolver el déficit de especialistas son insuficientes. Por ningún
motivo este tema lo pondría por delante ya que puede afectar lo más
importante que es la calidad de la
atención”.
El estudio “Análisis médicolegal de la consulta médica telefónica: riesgos legales profesionales
y seguridad”, elaborado por la Universidad Complutense de Madrid
analizó cerca de 14 mil consultas
telefónicas registradas en 2008 en
el sistema de salud español. Detectó
que un factor común de los errores
es que “ocurren cuando los pacientes y sus médicos, y los profesionales entre sí, tienen problemas de
comunicación, derivados de la mala
transmisión y pérdida de información relevante para el diagnóstico”.
Tal parece que aunque
avancen las comunicaciones, aunque las compañías intenten crear
cada vez sistemas más efectivos,
la relación cara a cara resulta imposible de reemplazar. A la luz de
los antecedentes la percepción que
un médico se forma al ver, percibir,
escuchar, dialogar con un paciente
nunca serán sustituidos por tecnología alguna. El llamado, entonces, es
a la prudencia.