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REPORTAJE
FalmedEduca
puestas a veces se vuelvan equívocas.
Para el Dr. Sergio Rojas, presidente
de Falmed, “el médico nunca debe
dejar de actuar como el líder del
equipo de salud y, como tal, debe
también asumir sus responsabilidades de supervisión y vigilancia
durante todo el proceso de atención de un paciente”.
“Esto implica no sólo actuar desde
el punto de vista del acto médico,
sino además de todo lo que involucra, por ejemplo, la solicitud de
un examen que implica usar a cinco personas, cinco personas que
podrían –eventualmente– equivocarse. Si se equivocan ellos, finalmente el producto del proceso de
la atención puede fallar. Es muy
importante que el médico tenga
conciencia del factor humano que
involucra el ejercicio de nuestra
profesión, que está siempre presente y a veces falla. Es una variable que no podemos dejar de lado”,
advierte el Dr. Rojas.
PROYECTO DE INVESTIGACIÓN
En la Fundación Ciencia & Vida, el
biólogo y doctor en Biotecnología,
Tomás Pérez-Acle, desarrolla un
modelo matemático capaz de predecir el comportamiento humano
ante grandes catástrofes, como
enfermedades infecciosas a escala la producida por el virus del
Ébola. El también director del Laboratorio de Biología Computacional (DLab) y profesor del Centro Interdisciplinario de Neurociencia de
Valparaíso, sostiene que el principal objetivo del laboratorio es pro-
ducir modelos computacionales
a multiescala para obtener ideas
sobre la estructura fundamental y
dinámica subyacente fenómenos
biológicos complejos.
El proyecto, financiado por la Oficina de Investigación de la Fuerza
Aérea de Estados Unidos, tiene una
duración de 24 meses y se aboca a
hacer simulaciones de personas
llamados “actores”, que tienen distinto nivel intelectual, relacionado
con un cierto nivel socioeconómico, que viven en distintas ciudades
y que participan de su vida diaria,
es decir, salen de sus casas; se
mueven a sus trabajos; llevan a
sus niños al colegio; etc. “Estas
personas, tal como ocurre en la
vida real, están expuestas a rumores que circulan en redes sociales
o en el “boca a boca”. Una vez definidas a estas personas –llamadas
agentes– que son autónomas en
la simulación, y agregamos un escenario de situación catastrófica”,
explica el investigador Pérez-Acle.
A la denominada situación de control, que es la de normalidad, se
suma esta situación de caos “metiendo” la enfermedad aumentando con ello, la tasa de muerte de
los agentes propio del contagio.
“Para combatir la dispersión de
la enfermedad y de esta situación
que se ha salido de control, se incorpora el control de la conciencia
situacional, para lo que introducimos rumores, a través de distintos
canales –ilustra el doctor PérezAcle–, como redes sociales; TV;
radio; diarios; enviando mensaje
de información positiva: ‘quédese
en la casa’; ‘hay cuarentena’; ‘lá-
vese las manos’. Asimismo, en la
misma simulación incorporamos
mensajes con información negativa como ‘la enfermed