Falmed Falmed Educa - Año 04 - Nº8 | Page 9

REPORTAJE 9 FalmedEduca L a vida es el principal derecho de una persona. Cuando se ve amenazada, la primera reacción es recurrir a un recinto de salud para buscar ayuda, donde encontrar un profesional competente y voz amable que oriente, ayude y atienda. Es en ese momento cuando un hospital, servicio de urgencia o clínica se hace visible para quien lo necesita, cuando la sensibilidad está “a flor de piel”. Pero qué pasa cuando el centro de salud al que se acude es motivo de permanente descrédito en los medios de comunicación o en las redes sociales. “Hay un enorme daño sanitario”, señala el Dr. Jorge Canteros, director del Hospital San Juan de Dios de Curicó. “Se produce un daño a la población”, coincide el Dr. Alfredo Donoso, director del Hospital Regional de Talca (HRT). Patricia Peña, académica del Instituto de Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile y Máster en Comunicación (The London School of Economics), explica que en “las situaciones de negligencias médicas o errores denunciados, los centros de salud y hospitales deben primero que nada hacerse cargo, investigarlos, y comunicar los resultados de esos procesos de investigación. La recomendación entonces, más que decir si la prensa de la región es más o menos crítica con estos casos -o si hay una insistencia en poner el foco en estos dos centros-, es considerar cuál es el tipo de comunicación institucional que tienen estos recintos con los medios, con la prensa y en general con la comunidad”. El Dr. Jorge Canteros tiene una mirada crítica de algunas publicaciones. “Nosotros notamos una falta de profundización en el manejo de la información”, dice. Sin embargo, han asumido que es importante comunicar los éxitos. “Cambiamos nuestra política comunicacional –explica-. Nuestras relaciones con los medios eran bastante malas. Pensamos que hay que ir a contar lo que somos, lo que tenemos, nuestros problemas, acercándonos a los medios. Eso nos ha permitido ganar espacios y colocar el contrapunto”. El Dr. Alfredo Donoso manifiesta que una noticia negativa “duele, porque si acá se realizan millones de acciones sanitarias, entonces difundir aquellas en las que hubo un problema, un efecto adverso, uno lo encuentra injusto”. En Talca también han tratado de dar a conocer sus buenas noticias, sobre todo últimamente, cuando la construcción del nuevo recinto está prácticamente terminada, con dependencias del más alto estándar. Terremoto El terremoto de 2010 dañó severamente la infraestructura sanitaria de la región. Dos de los recintos más afectados fueron precisamente los hospitales de Curicó y Talca. En Curicó “se transforma ese edificio de consultas ambulatorias (CDT) en unidad de pacientes críticos, en pabellones, pediatría, neonatología y se instala un hospital de campaña. Se empiezan a habilitar módulos de hospitalización en forma progresiva”, cuenta el Dr. Canteros. En Talca, en tanto, “afortunadamente teníamos el CDT que era para atención ambulatoria, construido hace algunos años. No se destruyó y hubo que cambiar todo el hospital a esa instalación, lo que era prácticamente imposible. Se instalaron hospitales de campaña, salones de cirugía inflables, climatizados, para hacer cirugías de urgencia. Se hicieron todas, y aquéllas necesarias para cumplir con el AUGE”, añade el Dr. Donoso. El caso de Curicó “Hemos vivido en los últimos años una situación especialmente compleja y difícil a partir de la pérdida de nuestra infraestructura, se pierde la confianza de la comunidad. Aparece ese sentimiento de falta de protección”, expresa el Dr. Canteros. Es en ese escenario que las agrupaciones ciudadanas toman más fuerza. “Por distintas razones, las personas que se agruparon allí, con casos de