REPORTAJE
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FalmedEduca
L
a vida es el principal derecho
de una persona. Cuando se ve
amenazada, la primera reacción es recurrir a un recinto
de salud para buscar ayuda, donde
encontrar un profesional competente y voz amable que oriente, ayude
y atienda. Es en ese momento cuando un hospital, servicio de urgencia
o clínica se hace visible para quien lo
necesita, cuando la sensibilidad está
“a flor de piel”.
Pero qué pasa cuando el
centro de salud al que se acude es
motivo de permanente descrédito
en los medios de comunicación o en
las redes sociales. “Hay un enorme
daño sanitario”, señala el Dr. Jorge
Canteros, director del Hospital San
Juan de Dios de Curicó. “Se produce
un daño a la población”, coincide el Dr.
Alfredo Donoso, director del Hospital
Regional de Talca (HRT).
Patricia Peña, académica del
Instituto de Comunicación e Imagen
de la Universidad de Chile y Máster
en Comunicación (The London School
of Economics), explica que en “las situaciones de negligencias médicas o
errores denunciados, los centros de
salud y hospitales deben primero que
nada hacerse cargo, investigarlos,
y comunicar los resultados de esos
procesos de investigación. La recomendación entonces, más que decir
si la prensa de la región es más o
menos crítica con estos casos -o si
hay una insistencia en poner el foco
en estos dos centros-, es considerar
cuál es el tipo de comunicación institucional que tienen estos recintos con
los medios, con la prensa y en general
con la comunidad”.
El Dr. Jorge Canteros tiene
una mirada crítica de algunas publicaciones. “Nosotros notamos una falta
de profundización en el manejo de la
información”, dice. Sin embargo, han
asumido que es importante comunicar los éxitos. “Cambiamos nuestra
política comunicacional –explica-.
Nuestras relaciones con los medios
eran bastante malas. Pensamos que
hay que ir a contar lo que somos, lo
que tenemos, nuestros problemas,
acercándonos a los medios. Eso nos
ha permitido ganar espacios y colocar
el contrapunto”.
El Dr. Alfredo Donoso manifiesta que una noticia negativa “duele,
porque si acá se realizan millones de
acciones sanitarias, entonces difundir
aquellas en las que hubo un problema,
un efecto adverso, uno lo encuentra
injusto”. En Talca también han tratado
de dar a conocer sus buenas noticias,
sobre todo últimamente, cuando la
construcción del nuevo recinto está
prácticamente terminada, con dependencias del más alto estándar.
Terremoto
El terremoto de 2010 dañó
severamente la infraestructura
sanitaria de la región. Dos de los recintos más afectados fueron precisamente los hospitales de Curicó y
Talca.
En Curicó “se transforma ese
edificio de consultas ambulatorias
(CDT) en unidad de pacientes críticos,
en pabellones, pediatría, neonatología
y se instala un hospital de campaña.
Se empiezan a habilitar módulos de
hospitalización en forma progresiva”,
cuenta el Dr. Canteros. En Talca, en
tanto, “afortunadamente teníamos el
CDT que era para atención ambulatoria, construido hace algunos años. No
se destruyó y hubo que cambiar todo
el hospital a esa instalación, lo que
era prácticamente imposible. Se instalaron hospitales de campaña, salones de cirugía inflables, climatizados,
para hacer cirugías de urgencia. Se
hicieron todas, y aquéllas necesarias
para cumplir con el AUGE”, añade el
Dr. Donoso.
El caso de Curicó
“Hemos vivido en los últimos
años una situación especialmente
compleja y difícil a partir de la pérdida de nuestra infraestructura, se
pierde la confianza de la comunidad.
Aparece ese sentimiento de falta de
protección”, expresa el Dr. Canteros.
Es en ese escenario que las agrupaciones ciudadanas toman más fuerza.
“Por distintas razones, las personas
que se agruparon allí, con casos de