EZKIOGA A.M. Artola, CP | Page 14

2-El secuestro de los videntes Los acontecimientos del día 4, junto con la aglomeración llamativa de 500 personas, suscitaron las iras de D. José Antonio Bereciartúa -padre de los videntes- quien decidió acabar con toda aquella farsa, secuestrando a sus dos hijos en un caserío lejano. Nada valió su estratagema. La gente continuó afluyendo en mayor número a Ezkioga. Los días 5 y 6 siguieron presentándose los fieles en Ezkioga sin la presencia de los niños. El día 7 se hicieron presentes a última hora. Al final del rosario, volvieron a casa acompañados por la muchedumbre. Aquella despedida fue el final del protagonismo ostentado por los hermanos Bereciartúa, en la génesis del movimiento de Ezkioga. Ezkioga recibió desde el día de la Antigua la estructura de una comunidad de oración presidida por el sacerdote que dirigía el rosario. El domingo día 7 fue el final de la primera semana de las apariciones. Fue también un día de grandes novedades. El paso lo prepararon los sucesos de los días 4-7 de julio. El vacío de protagonismo que significó la ausencia de los primeros videntes fue el dato concreto que lo cambió todo. El vacío de los videntes empezaron a llenarlo con sucesos aparicionales los nuevos videntes. El cambio nos lo podemos imaginar de la siguiente manera. La aparición del día 30 recibió una publicidad singular por las circunstancias especiales de los días precedentes, y también porque la presencia de gente abundante en la noche del domingo en el bar de Basterreche contribuyó a que toda la gente hablara, desde el día siguiente, del hecho extraordinario. Esto explica que los días siguientes hubiera una verdadera concurrencia en el lugar de las apariciones, y mucha gente se enterara de las novedades de Ezkioga. Las apariciones a nuevos videntes empezaron el 5 de julio de 1931, en ausencia de los primeros13. Un niño de Zumárraga fue el primero en tener una visión, después de Antonia y Andrés (Cfr. WAC, Las Visiones de Ezkioga, p. 301). El día 7 vieron la aparición un hombre de Gaviria, otro de Villafranca, unas señoritas de Villarreal y otras de Zumárraga. 13 15