TRATADOS EVANGELICOS
EL COEQUIPER DEL EVANGELISTA
Por Melo Avellaneda
Recuerdo cuando conocí al Señor en 1982, mi experiencia fue por medio de un compañero de trabajo de mi padre que vino a nuestra casa para hablarnos del evangelio. No teníamos Biblia. Fue solo escuchar a este varón y escuchar su oración por nosotros. Al tiempo mis padres me llevaron a la iglesia donde hice mi oración de fe.
Tiempo después tuve mis primeros contactos con las literaturas cristianas de evangelización, las cuales conocí bajo el nombre de "trataditos". Es decir, el concepto de poder explicar el mensaje del evangelio del Señor Jesucristo mediante el papel impreso.
Otros prefieren llamarlos folletos evangélicos. Pero la verdad es que se llame tratado o folleto, la literatura impresa debe ser un compañero del evangelista. Debido a que es una oportunidad de dejar a la persona en cuestión después de predicarle, una literatura que pueda ayudarle a despertar interés en conocer más acerca de los
asuntos espirituales concernientes a la salvación de su alma.
Hay muchísimos testimonios de salvación de personas que en el momento que le
predicaron el evangelio rechazaron el mensaje, pero que más tarde ante una adversidad, encontraron la literatura que le habían obsequiado y siguiendo las instrucciones del folleto recibieron al Señor Jesucristo como su salvador personal.
Son simples, caben varios en la Biblia. Algunos se compran en las librerías, otros se consiguen gratis de ministerios cristianos que los imprimen y regalan para la difusión de la palabra de Dios. La razón es que ningún creyente tiene excusa de no tener estas literaturas para compartir con las personas.
No hay un único patrón de como trabajar con los tratados, pero se sugiere tener resguardos de no darlos como si fueran panfletos de una casa de comidas, o publicidad callejera. Debemos ser buenos administradores de estos mensajes impresos ya que muchos de ellos llegan gracias a que otros creyentes sembraron económicamente para que puedas tenerlos en tus manos de modo gratuito.
"Los tratados evangélicos son el compañero silencioso de todo evangelista o creyente que sale a predicar"
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