Por su parte, Chiavenato (2011), señala que
los objetivos fundamentales de la evaluación
del desempeño se pueden presentar en tres
fases:
1. Permitir condiciones de medición del potencial humano para determinar su plena
utilización.
2. Permitir que los recursos humanos se traten como una importante ventaja competitiva de la
organización, cuya productividad puede desarrollarse, obviamente, según la forma de
administración.
3. Ofrecer oportunidades de crecimiento y condiciones de participación efectiva a todos los
miembros de la organización, sin olvidar tanto los objetivos organizacionales como los
objetivos de los individuos.
La Responsabilidad de la Evaluación del
Desempeño
Según autores como Chiavenato (2009) y Dessler
(2009), de acuerdo con la política de recursos
humanos que adopte la organización, la
responsabilidad de la evaluación del desempeño se
le atribuy e al gerente, al propio individuo, al equipo
de trabajo, al área encargada de la administración
de Recursos Humanos o a una comisión de
evaluación del desempeño. Cada una de estas
opciones implica una filosofía de acción. (Ver
figura 4.)