ETHNOLÓGICA No. 02 (2018) | Page 77

Un personaje antropozoomorfo de la época Wari (67-80) Ethnológica 02 (2018) (culturas amazónicas) y arqueológicas (colección de iconografía y muestras representativas con rasgos felínicos, alados y con cabeza de serpiente de las culturas Chavín, Paracas, Nazca, Tiwanaku y Wari) sugiere que las representaciones de personajes con colmillos, serpientes y aves están vinculados al campo religioso y espiritual; es decir, que se tratan de chamanes o sacerdotes. En todos los ritos de entronización, iniciación, reformulación y propiciación aparecen las serpientes rituales vivas o simbólicas en forma de sogas o trenzas. En Chavín, Paracas, Nazca, Tiawanaco y Wari la cabeza felínica con serpientes emergiendo de sus ojos o de su boca, Illapa, el rayo que produce la lluvia y el agua yacumama para fecundar la tierra y las aguas. El colmillo, rasgo distintivo de los grandes felinos del Perú prehispánico, como en Jaguar y el Puma, se vincula al poder, la fuerza y el saber de los chamanes y de los jefes y líderes. (p. 24) Describe también que en la ideología andina, las personas con malformación de los dientes, eran susceptibles de ser brujos o curanderos. Los anormales son considerados como hijos del rayo. En la amazonía de hoy, en muchas tribus se conservan los colmillos de los jaguares como fuente de poder, además tienen la certeza de que los jaguares están asociados al ritual del toé, y otros poderosos alucinógenos usados por los chamanes, estos se transforman en vida o al morir en jaguares. Los machiguengas tienen al jaguar como el señor del trueno y señor de los chamanes. Cada chamán tiene su aliado jaguar, éste acude en su ayuda al sonido del roncador que suena como rugidos de jaguar. El gran felino es el gran poder, invencible por las fuerzas del mal. (Id. 24) El dato arqueológico es que, tomando como referente la cultura Chavín, quienes constantemente también representan estos elementos y al ser esta una cultura chamánica; el jaguar, la serpiente y el águila no son solo símbolos únicamente de poder, sino aliados reales para los chamanes y chamanas. Recordemos que las actividades chamánicas se centran esencialmente en restablecer el equilibro y el orden y comprende no solo el conocimiento y activación de las energías sutiles sino el viaje mítico, mágico o real a otros planos o dimensiones. Aunque por otro lado, Tatsuhiko (1993) basándose en crónicas y petrolifos (piedra de Saihuete) de representaciones de felinos, lo vincula a la deidad de Wiracocha. El dios Viracocha en la mitología incaica tiene semejanza con el dios subterráneo (representante de· la fuerza vital subterránea) expresado en la cultura Chavín, ya través de las culturas que existieron entre estas dos, especialmente con las representaciones de la cultura Tiahuanaco-Huari. 77