ETHNOLÓGICA No. 02 (2018) | Page 39

Yakuchawanmi kawsani (pág. 31-46) Ethnológica 02 (2018) avanzar ordenadamente y en coordinación con el capitán, así se inicia el trabajo comunal colectivo de Yarqa Aspiy. Es el esquema habitual en las ceremonias relativas a las estaciones del año, en este caso para el inicio de la siembra y así en diversas actividades que se desarrolla durante todo el año, también existen ritos de separación y ceremonias para cada actividad del año que hace el hombre andino. En ese sentido Gennep (2008) nos dice: Las estaciones sólo tienen interés para los hombres por su repercusión económica, tanto sobre la vida más bien industrial del invierno como sobre la vida más bien agrícola y pastoril de la primavera y el verano. (p. 247). El trabajo se inicia desde la bocatoma de ñahuinququio ubicada en el territorío de Huancapuquio. Al ritmo de los waqra pukus y a los reventones de cuetes, los trabajadores poniéndose en sus áreas de topos correspondientes en filas en cada distancia de tres metros a cuatro metros aproximadamente, guiados por el capitán como delantera de todos, el avance es por metrado, pone a todos trabajadores en sus filas en coordinación con el “qollana” para que ellos califican y ordenen. También en el trayecto deben avanzar en orden y si otro no avanza o se demora al orden de capitán; ayudan todos “yanapay” haciendo un trabajo colectivo y recíproco, de la misma forma el “qollana” es el personaje que tiene la autoridad al igual que el capitán; que se ubica en la última fila de todos los faeneros, dirigiendo desde atrás y exigiendo que avancen todos, que nadie se quede en sus metrajes o topos, esto permite organizar el trabajo comunitario con unión y armonía. El trabajo se avanza con fervor de alegría y fuerza de competencia entre ellos y los waqra pukus a cada distancia tocan. —Yakucha qamuy, qanwanmi vida, mikuypas kan. —Cantando van. Kauffmann (2012) menciona: Pero era el Dios del Agua, después de todo, el donante del líquido vivificante mediante sus lluvias. Este numen poderoso se materializaba en los Apus o cimas cordilleranas y donaba el agua mediante las escorrentías de los nevados y los ojos de agua (puquios). De esta manera los Apus, en otras palabras el Dios del Agua, ofrecían a la humanidad el agua que alimenta las lagunas y las quebradas que al unirse van formando ríos; naturalmente sobre todo también haciendo llover. (p. 03) Para la buena siembra e inicio de buena producción venidera, los trabajadores se meten a la acequia con botas, otros descalzo, otros con sus zapatos remendando hasta la rodilla sus pantalones; el contacto con la naturaleza es importante para interactuar en la convivencia cotidiana, el agua está demasiado frío, dicen: 39