ETHNOLÓGICA No. 01 (2017) | Page 96

96 Ethnológica No. 01 (2017) Paul Vega Diaz ción superior nos dice que se cuenta con 3 universidades y las profesiones con mayor número de estudiantes son: Derecho con 11.6%; Contabilidad 11.1%; Agronomía y Educación 8.5%; Administración 7.6% e Ingeniería Civil 7.2%. Asimismo la oferta educativa no universitaria la región cuenta con: 20 Institutos educativos superiores tecnológicos; 9 Institutos Educa- tivos superiores pedagógicos, 2 escuelas de formación artística, 76 Centros de educación técnica productiva y 1 Instituto superior de educación. ¿F antasía o realidad ? E xpectativas de empleo para los jóvenes peruanos El empleo, o mejor dicho la oportunidad de trabajar, es otra di- mensión crucial para los jóvenes. Es bueno recordar que si bien la propor- ción de jóvenes en la población total no ha cambiado significativamente desde los años 80 (un 28%), el número absoluto prácticamente se duplicó entre 1970 y 2014 (de 3.7 millones a 8.1 millones). Cabe recordar asimis- mo que los jóvenes nacidos entre mediados de los 70 y los 90 sufrieron años de fuerte recesión e inflación por el bloqueo económico y el ajuste estructural.. En un interesante estudio, Juan Chacaltana demuestra que la ma- yoría de jóvenes o es inactivo (40%) o trabaja en pequeñas y medianas empresas (asalariado en las PYMES;20%), siendo pocos los que tienen un empleo en la gran empresa, el sector público o trabajan en forma inde- pendiente. El mismo autor señala además que para 2012 la proporción de jóvenes que sólo trabajaba había crecido significativamente respecto de 1990, especialmente entre las mujeres jóvenes, cuya tasa de actividad pasó del 29.7% al 36.7%. Del mismo modo en Ayacucho el 15.9% de jóvenes estudian y trabajan; mientras que el 33.5% solo estudian; el 36.4% solo trabajan y el 14.2% no estudian ni trabajan (Senaju. 2014). Pero, ¿dicha tendencia se constituyó en una respuesta a mejores oportunidades o a una crisis de ingresos familiares? En el estudio citado, Chacaltana ofrece datos que apuntan a la segunda hipótesis. Entre 1990 y 2012: • La duración media del empleo juvenil había bajado de 27.5 meses a 24.2 meses. • El número de horas trabajadas había aumentado de 41.3 a 48.2 a la semana. • Los trabajos permanentes habían bajado del 24.8% al 10 %. • Los contratos de trabajo flexibles (sin estabilidad) habían au- mentado del 20% al 36.2% de los jóvenes que trabajaban.