94
Ethnológica No. 01 (2017)
Paul Vega Diaz
esta situación asciende a más del 40%.
Por todo ello, no es de extrañar que más de la mitad de los jóvenes
haya migrado a las grandes ciudades en busca de mejores oportunidades.
El 84.3% reside en el área urbana y el 15.7% reside en el área rural. Ahora
bien, este éxodo rural y de los pueblos y ciudades pequeñas, que se produce
desde hace varias décadas, involucra más a las mujeres jóvenes que a los
hombres. Y es que, de los 3.7 millones de jóvenes que al 2004 no vivían
en el departamento donde nacieron, la mitad, es decir 1.9 millones
(51.3%) eran mujeres. Pero, ¿y adónde migran los jóvenes? Según las en-
cuestas, la juventud prefiere migrar hacia las capitales de departamento
que ofrecen mayores oportunidades educativas y laborales.
Así, vemos que hay mayor proporción de población joven en Tum-
bes, Lima, Loreto, Ucayali, Junín y Pasco. Asimismo según región geográ-
fica residen en la región Costa el 24.1%; en la región Sierra el 31.1%; en la
región Selva, el 13.5% y en Lima Metropolitana, el 31.3%.
¿Y qué hay con respecto a los patrones de residencia de los jóvenes?
Especialmente en las ciudades, puede observarse para los migrantes una
heterogeneidad de arreglos familiares.
¿Qué quiere decir esto? Según la ENAJUV, en cuanto a la resi-
dencia habitual de la población total de 15 a 29 años de edad, el 65.8%
habita la casa de sus padres y el 13.2 vive con sus familiares y solo el 9.0%
vive solo o habita casa propia. Ahora bien, no se han hecho estudios para
determinar las condiciones de vida, protección y afectividad que puedan
sufrir estos jóvenes alejados de su familia de origen. Sin embargo, sabemos
que estos patrones residenciales son más frecuentes en ciudades del
interior con grandes universidades públicas; ejemplos de ello son Are-
quipa, Ayacucho y Pasco entre otras.
En relación al estado civil de los jóvenes peruanos podemos decir
que, el estado civil predominante es el de soltero (72.1%), le siguen los
convivientes con 20.6% y los casados con 4.7% y las encuesta demográficas
indican un ligero retraso de la edad en la que se inicia la unión, la convi-
vencia o unión informal es bastante alta, sobre todo entre las jóvenes rura-
les (30% son convivientes). Éste parece ser un fenómeno cultural con ma-
yor incidencia en la Amazonía, ya que un tercio de los jóvenes de ambos
sexos en Loreto y Madre de Dios mantienen relaciones de convivencia.
C ondiciones de vida de los jóvenes peruanos
En este punto también cabe resaltar que un problema vinculado al