Estudiantes UDES: nuestra razón de ser | Page 20

Sentada en la silla de fibra azul con brazos de madera ella esperaba ansiosa, cuando escuchó su nombre resonar en las paredes del auditorio:

- ¡Profesional en ingeniería ambiental Laura Camila Pérez Céspedes!

Sintió al levantarse que el largo vestido no le permitiría caminar hacia la tarima y recordó el primer día que estuvo en ese mismo lugar. Fue una mañana de febrero, cinco años atrás, en la que llegó allí con un centenar de jóvenes que ingresaban también por primera vez a ese recinto.

En aquel momento llevaba puesto un vestido -no tan elegante como el que tenía hoy- que tocaba el piso y una mochila que guardaba un cuaderno, un lapicero y las llaves de la casa que la tía Bernarda le había dado, pues no sabía a qué hora regresaría de trabajar. Parada al lado de la puerta de la entrada del auditorio se sintió sola, pensó en su familia y en lo lejos que estaban de esta ciudad que sería su nuevo hogar. Cerró los ojos, extrañó las caricias de su gato Félix y el sonido de los pájaros que a esa hora cantaban en el patio de la casa. Una voz que dijo: “ya pueden ingresar” la distrajo de sus pensamientos y avanzó hacia las sillas de la parte de atrás del lugar.

Mientras esperaba a que iniciara el evento de inducción, notó que había más personas solas a su alrededor. De repente, escuchó que le hablaban:

- ¡Hola! Disculpa molestarte, sabes ¿a qué hora inician?

- En la entrada decía que a las 8 y 30.

- Es decir que aún se demoran. Y ¿qué vas a estudiar?

- Ingeniería ambiental.

- Yo voy a estudiar civil. Puedo notar por tu acento que no eres de aquí, ¿de dónde vienes?

Y así, tras intercambiar más preguntas y respuestas, fueron entablando una amena conversación.

- “…el estudiante universitario no es más libre sino más autónomo y responsable de sus actos”