Esquema de la literatura medieval 1º BACHILLERATO CASTELLANO | Page 23
Aparece con frecuencia entre largos parlamentos y monólogos, como el diálogo que
mantienen Calisto y Sempronio entre el monólogo de éste y su invectiva contra las muje-
res.
4. Diálogo muy rápido. Se trata de un diálogo muy vivo, de brevísimas réplicas y
contrarréplicas. Un ejemplo: el de Celestina y Melibea, al disponer ambas la primera cita.
El monólogo. No es fácil separar el monólogo de algunos apartes extensos de la
obra, como los de Sempronio sobre la fuerza del amor. Se confunden también con
algunos parlamentos largos que implican oyente, como el conjuro de Celestina a
Plutón, o el de Pleberio al final de la obra. Suelen ser muy largos y situarse al principio
o al final de un acto.
El aparte. Es un mecanismo de comicidad, típico de la comedia romana, aunque
en La Celestina no siempre tiene una función humorística. En La Celestina revela el
pensamiento íntimo de quien lo pronuncia, pero sin determinar la acción, y se destaca del
diálogo por el fuerte contraste con lo que se profiere de viva voz. Hay dos tipos de aparte:
1. El que no oyen los demás personajes, que suele indicar un pensamiento íntimo
de quien lo pronuncia.
2. El que oyen los demás, pero piden que se lo repitan porque no lo entienden, o
se hacen los sordos. Por ejemplo, en la primera entrevista de Celestina con Melibea, ésta
advierte las increpaciones de la vieja al demonio: Melibea- ¿Aún hablas entre dientes
delante de mí, para acrecentar mi enojo e doblar tu pena? Cuando los personajes advier-
ten el murmurado aparte, suelen pedir u ordenar que se repitan esas palabras en alta voz
y el interlocutor responde conservando algunas de las palabras que ha murmurado, o
bien alterándolas todas a su favor. Este contraste sirve para perfilar los caracteres y no
siempre con colores cómicos.
El lugar. Hay tantos lugares como los requiere el desplazamiento de los perso-
najes. La obra tiene multiplicidad de escenarios, de ahí su dificultad para ser representa-
da: la casa de Calisto (la sala, la cámara alta, la cuadra y el portón), la casa de Melibea (el
huerto, el cercado), la casa de Melibea, la de Areúsa; la ciudad, con la plaza del mercado
donde se ejecuta a los criminales y se corren toros, las iglesias, los barrios, las calles, etc.
En cuanto a la representación del lugar, los autores de la obra crean un escenario
dinámico que permite a la acción moverse sin traba alguna (acto II, cuando Calisto pide
un caballo). Se prescinde de un escenario estático y mediante el comentario escenográfi-
co perpetuo que fluye de la palabra de los personajes se crea un escenario dinámico en el
que se ‘visualizan’ situaciones y espacios concretos.
El tiempo. El tiempo es un elemento presente de forma constante en la obra,
mencionado por todos los personajes y relacionado con él concepto de la fugacidad de
la vida. Todo el texto está lleno de términos referentes a la fugacidad del tiempo y, por
ello, todo es prisa, impaciencia, apresuramiento... que delatan una extraordinaria
23