Especies 2-16 julio-septiembre 2016 | Page 39

convierte en un paraje yermo. De hecho, según un estudio realizado por investigadores españoles, colombianos y brasileños de la Universidad Estatal Paulista (UNESP), junto a científicos de Inglaterra y Finlandia, la extinción de los grandes animales aceleraría el cambio climático. Los frugívoros son los encargados de regenerar los bosques. Se comen los frutos de las plantas, y las semillas pasan por su tracto digestivo manteniéndose intactas. Cuando son expulsadas, están limpias y disponen de fertilizante natural. Sin embargo, la caza furtiva y la pérdida de hábitat están poniendo en peligro de extinción a muchos de estos grandes animales, como los orangutanes o los elefantes. Si llegasen a desaparecer, las plantas tendrían muchos problemas para crecer. Pero no sólo eso, sino que el estudio, realizado en bosques del sureste de Brasil, ha demostrado que ”las áreas forestales que no tienen frugívoros tienen una capacidad de almacenamiento de carbono mucho menor que la de los bosques que están bien conservados”. Así, resulta vital conservar los pocos animales frugívoros que nos quedan, por el bien de los bosques, pero también para protegernos de los efectos del cambio climático. Pedro Jordano, profesor investigador de la Estación Biológica de Doñana y coautor del estudio, recuerda que más del 90% de las especies arbóreas y el 60% de los bosques mediterráneos dependen de ellos. Fuente: Ecoportal.net 37