Escúchame May 2014 | Page 14

C on Pául nos conocimos el primer día. Trabajé en la cocina inscribiendo los pedidos. Él acercó a mi y se quedó inmóvil. Una cazadora verde, pantalones de color blanco y calzado rústico. Estaba en silencio durante cuatro o cinco minutes, mirando hacia abajo con aspecto muy confuso y un poco asustado. Pareció que no quería que le notara nadie o que alguien gastara su tiempo a él. Su coleta roja hasta los hombros y barba rala crearon un imagen contrario, era como un niño en cuerpo de un hombre. Le pregunté su nombre y que tal estaba. Me contestó con una sonrisa muy buena y sincera pero aterradora al mismo tiempo. - Soy Pául. Y tu? Me devolvió cada de mis preguntas. Pedió un té con leche y se desapareció. En cinco minutos su té ya estaba preparado y me fui para buscarle. T e nemos una terraza con dos bancos. El primer banco está al abrir la puerta y muchas veces nos reunimos ahí para tocar la guitarra o fumar. El segundo banco está al otro lado y no se ve desde la casa. A quel día llovía y la puerta estaba cerrada. Pasé por todas las habitaciones y no le encontré a Paul. El té ya empezó a enfriarse y decidí salir a la terraza. Sí, estaba ahí. Estaba solo y con la misma mirada de un niño. No me prestó atención y seguía mirar en un punto. - Paul, hola! Aquí está tu té. Con leche y sin azúcar como pediste. Toma!