¿Quién teme a la Filosofía?
Por José Antonio Fernández,Profesor de Filosofía y Ética en el Colegio Dulce Nombre de María, Granada.
"La exclusión de la ética y la reducción de la filosofía del currículo es un asunto extremadamente serio"
No es posible construir sociedades verdaderamente libres y solidarias si no conseguimos personas capaces de pensar por sí mismas. El filósofo estadounidense Matthew Lipman, fallecido en 2010, y del que me siento deudor en mi labor educativa, sostuvo que “los niños y las niñas podían hacer filosofía; no solo eso, afirmó que debían hacer filosofía, y que en esta apuesta por una educación en el diálogo filosófico estaba en juego un objetivo teóricamente fundamental de nuestros sistemas educativos: el objetivo de preparar personas capaces de implicarse en la construcción de sociedades democráticas”. Así pues, no puedo hacer otra cosa que mostrar mi total rechazo y oposición al Anteproyecto de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa, la LOMCE, propuesta por el Ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert.
En la exposición de motivos del Anteproyecto de la LOMCE se declara que “Una democracia cada vez más compleja y participativa demanda ciudadanos crecientemente responsables y formales”, por eso “el aprendizaje en la escuela debe ir dirigido a formar personas autónomas, críticas, con pensamiento propio”, siendo necesario “desde edades tempranas adquirir competencias transversales, como el pensamiento crítico”. “El reto de una sociedad democrática es crear las
condiciones para que todos los alumnos
puedan adquirir y expresar sus talentos, en definitiva, el compromiso con una educación de calidad como soporte de la igualdad y la justicia social”.
Se afirma también que sólo mediante esta reforma educativa se podrá hacer efectivo el artículo 27.2 de la Constitución española según el cual: “la educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales”.
Me pregunto entonces, ¿cómo pueden realizarse estas afirmaciones sin referencia a la ética? ¿cómo se puede estar con una mano cincelando palabras como “Equidad”, “Justicia”, “Bienestar Social”, “Participación” o “Democracia”, mientras que con la otra se borra la ética y se erosiona la filosofía? Y, la piedra angular de todas las preguntas ¿por qué? Los principales motivos que han llevado a realizar la reforma educativa son, según el texto del Anteproyecto: luchar contra el abandono escolar y potenciar la especialización. ¿Cree el señor Wert que con la supresión de la ética va a conseguir una disminución del abandono escolar? ¿en eso se traduce la simplificación del currículo y el refuerzo de los conocimientos instrumentales de los que se habla en el Anteproyecto para facilitar la especialización?
Los motivos para la reforma educativa que se exponen en el Anteproyecto de Ley se apoyan en los resultados del informe de EUROSTAT de 2011 y en el de PISA de 2009, que ponen de manifiesto las deficiencias del sistema educativo español, para respaldar la adopción de medidas basadas en sistemas educativos de otros países con mejores resultados. Es muy citado el caso del sistema educativo de Finlandia. En Finlandia “Etiikka” es una materia que se imparte a lo largo de toda la Enseñanza Básica Obligatoria, una etapa educativa que tiene lugar entre los 7 y los 16 años de edad.
La exclusión de la ética y la reducción de la filosofía del currículo es un asunto extremadamente serio. Las repercusiones de la reforma de la LOMCE trascienden el ámbito educativo porque afectan al futuro, que como dice Epicuro de Samos “no es nuestro, pero tampoco es enteramente no nuestro”. En efecto, no es nuestro porque pertenece a nuestros hijos, pero sí lo es en el sentido de que somos responsables de la herencia que les dejamos, y somos responsables desde el presente, desde el aquí y el ahora. Y es nuestro deber como personas, reivindicar un pensamiento crítico y constructivo sobre el mundo; pero también como profesor reclamar una enseñanza global y libre de prejuicios; y también como padre exigir un espacio donde hacer preguntas no solo sea posible si no deseable.
En realidad necesitamos más personas que amen el Conocimiento, con mayúsculas, y que luchen activamente por él. La filosofía es algo más que una herramienta que permite afilar el pensamiento, es una forma de vivir, de estar en el mundo, de afrontar la realidad, de no tener miedo, y en definitiva, de ser libre.