trario, atendió el llamado del Watford, entonces en la Segunda División de Inglaterra, para sumarse a sus filas.
“ Quería saber si era capaz de competir nuevamente con los mejores. No me iba a quedar con una historia fallida en Europa. Me fui. Ascendimos a la Premier League”, comparte. Su ímpetu y talento llamaron la atención del Porto, escuadra con la que debutó en Champions League y obtuvo el campeonato Primeira Liga de Portugal. Esa etapa fue sólo una de muchas: Layún también pasó por Sevilla, club con el que disputó la Europa League; y luego por Villarreal, sumando experiencia en LaLiga.
“ Yo siempre supe que el futbol se iba a acabar, pero la vida sigue”, continúa.“ Yo me retiré como futbolista con 35 años, pero eso no representa nada fuera de la cancha. Me preparé para esto y tengo una hermosa posibilidad de conectar con nuevas pasiones, ahora en el mundo empresarial, como emprendedor”. Y eso lo dice con el mismo tono con el que habla de su familia. De sus hijos. De una comida en casa. De una tarde jugando videojuegos. De una escapada al río en Veracruz. De manejar el auto perfecto. Ahí, en lo sencillo, la determinación también está latente.“ Una comida con mis papás, una charla con mi esposa, una tarde con mis hijos me llenan de sobremanera. No necesito lujos. Quiero lo real. Lo que se siente”.
Aunque su vida ha sido intensa, su forma de ver el éxito es sencilla:“ Sentirte pleno va más allá que tener dinero en una cuenta de banco. Sentirte pleno es conectar con esas cosas que te mueven y que solo tú sabes que existen. La gente tiene que dejar de tenerle miedo al fracaso. Estamos tan enfocados en evitar el dolor que se nos olvida vivir. Y vivir de verdad es decir: quiero esta vida... ¡ la quiero! Con todo lo que implica. Con la alegría, con la duda, con el riesgo. Porque ese deseo es lo que te mueve”.
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