sio . La teoría indica que el efecto afterburn surge como la consecuencia de una demanda de fuerza provocada por sesiones de entrenamiento intensas . Por ejemplo , al realizar una rutina full body que te lleva el límite , nuestro cuerpo requiere mayor fuerza para ejecutar cada repetición , lo que se traduce en una demanda mayor de energía . Esto termina por afectar nuestra respiración , acelerándose con el objetivo de obtener más oxígeno capaz de saciar esa demanda energética .
Eventualmente , al terminar la sesión de ejercicio , la respiración vuelve a su actividad normal , sin embargo , en el interior , en nuestras células , estas continúa trabajando para intentar emular esa sensación de normalidad .
Es así como el efecto afterburn puede hacerse presente hasta 36 horas después de la actividad física , contemplando el punto más alto durante las primeras horas . Lo cierto es que diversos estudios han encontrado que para que este mecanismo fisiológico se active , el entrenamiento debe ser duradero y de alta intensidad , por ejemplo con un circuito frenético de levantamiento de pesas o una rutina HIIT .
¿ Qué tan útil es ?
Pese a que es imposible calcular el número de calorías gastadas después del entrenamiento — cada atleta es un caso en específico , pues factores como el peso , el tipo de metabolismo , edad , género influyen , además de indicadores externos como la calidad del sueño —, algunos estudios determinan que esta cuota se encuentra entre el 5 y el 20 por ciento de las calorías quemadas durante la sesión , siendo que 20 se obtiene cuando el sujeto alcanza su límite de esfuerzo .
Para hacerlo , expertos recomiendan combinar ejercicios con distintas intensidades , además de crear una rutina de entrenamiento que comprenda ejercicio cardiovascular y entrenamiento de fuerza .
ENVIDIA MAGAZINE 35