A partir de su captura, ocurrida el 23 de febrero de 2017, la familia de Mateo se volcó en una lucha que duro 20 meses, en los que el joven estudiante estuvo metido en la cárcel La Modelo de Bogotá, acusado de terrorismo, porte ilegal de armas, hurto agravado y calificado, y concierto para delinquir además de “pertenecer” a una célula urbana del ELN (Ejército de Liberación Nacional), pero sus allegados insistían en que se trataba de un falso positivo judicial.
Seguramente has escuchado esos términos, un falso positivo, es básicamente un término utilizado cuando se presentan a inocentes como culpables, un acto lamentable del que no solo Mateo ha sido víctima, sino también muchos colombianos que han perdido su vida o su libertad por culpa del odio y la violencia que vivimos en nuestro país.
Mateo fue absuelto después de 622 días de pesadilla, su dignidad había sido pisoteada y el sistema judicial colombiano tardo todo ese tiempo para confirmar la verdad. Y, ¿dónde están los verdaderos responsables? Es algo de lo que no han dado respuesta, y los colombianos aún esperamos conocer la verdad.
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