Las palabras amables son como la miel, dulces para el espíritu y saludables
para los huesos. Las palabras en la boca de un hombre, son como las aguas
profundas y el manantial del Amor es como un arroyo que fluye.
Lo que la Ley exige de ti, es tu justicia y tu Amor a la misericordia y que camines
con humildad al lado de los ángeles. Con esto sabemos que el Angel del Amor
habita en nosotros, cuando amamos al Padre Celestial y cumplimos Su Ley.
Oh Amor primoroso, oh Creador del Amor, dinos palabras dichosas por medio
de Tu mente divina que vive dentro de nosotros.
Decidle a los Hijos de la Luz que cultiven el suelo del Jardín de la Hermandad.
Respetad a todos los hombres, amad la hermandad humana, obedeced la Ley.
EL ANGEL DE LA SABIDURIA.
Seguir al Señor es el principio de la sabiduría y conocer
a Aquel que es Santo, es entendimiento porque El
multiplicará tus días y aumentará los años de tu vida.
Toda sabiduría procede del Padre Celestial y permanece por siempre con El. El
Angel de la Sabiduría guía a los Hijos de la Luz por medio de la Ley Santa.
¿Quién puede contar las arenas del mar, las gotas de la lluvia y los días de la
eternidad?
¿Quién puede saber la altura de los cielos, la anchura de la Tierra? ¿Quién
conoce las profundidades y quién la Sabiduría?
La Sabiduría fue creada antes que todas las cosas. Uno puede curar con la
bondad, con la justicia, con las hierbas y con la palabra de Sabiduría.
Entre todos los remedios es éste el que verdaderamente sana, el que alivia con
la palabra sabia, ésta es la que mejor desterrará la enfermedad de los cuerpos
de los fieles, porque la Sabiduría es el mejor de todos los remedios.
Seguir la Ley Santa, es la corona de la Sabiduría, haciendo que florezcan la Paz
y la salud perfectas, pues estas dos son los dones de los ángeles.
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