trascendentales (sin ignorar lo ambiental terreno), bajo un lenguaje positivo (tema considerado por la
programación siconeurolingüística); es decir, diciendo "bienaventurado es …", relevando el decir: "Dios prohíbe
matar" o la forma negativa de presentar las leyes ("No matar, no jurar" … etc.). D. K. nos dice que a pesar de
que la sociedad moderna aún tiene al código mosáico vigente, éste no ha sido funcional para que el pueblo deje
de "errar", estando –por ejemplo en nuestro medio colombiano, saturadas las cárceles de delincuentes quienes
en su mayoría dicen ser cristianos.
También nos dice D. K. que el Dios en Quien vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser, es un dios de amor
y sabiduría y no una deidad iracunda que lanza rayos e infunde temor. Es pedagogía de la Hermandad de la Luz
y el Amor, presentar ideales ascendentes sin centrarnos tanto en nuestras imperfecciones. Tal actitud
desacertada nos lleva hacia una baja en la autoestima, llenándonos de complejos. No olvidemos que también la
virtud florecerá en el servicio desinteresado e inteligente -cuando dejemos atrás los errores, seguros de que el
alma hará su trabajo desintegrador, tal como se presenta en la técnica de disolución de los "espejismos" (ver
"Espejismo – Glamour: Un Problema Mundial" de Alice A. Bailey).
Para apreciar el elemento del "hilozoísmo Jónico" dentro de la cristiandad, especialmente dentro de la Gnosis
semita o hebrea, exponemos estos escritos. Ellos nos ayudan a revalorar el papel de "el mundo, el Daemón y lo
femenino", también el de la evolución de los dioses de la forma lunares, cuyos devas Violeta (devas evolutivos)
nos ayudan a saber manejar nuestro cuerpo. La salud depende de la armonía entre ambas evoluciones paralelas
de la conciencia humana, y la "dévica o angélica" de la Madre Materia. En estos textos vemos cómo el Maestro
de lo Correcto armonizaba ambas evoluciones y tenía consolidado al Dios Inmanente (el Gran Pan, el "Todo" o
Pan) y al Trascendente (el Uno o "Monos"). Por ello, El es el Hijo del Señor del Alfa y la Omega o del Creador
Quien vio el Fin desde el Principio.
Finalmente, recordamos una escena descrita en los evangelios sinópticos. Se trata de aquella cuando los
discípulos de Jesús le advirtieron sobre los planteamientos de los discípulos de Juan el "Bautista" sobre la dieta.
Jesús esclareció sabiamente la situación –respetando la labor de Juan, advirtiendo que lo erróneo era lo que
salía del corazón porque lo que entra por la boca va al retrete (lógicamente si no hay una buena digestión será
mejor organizarla correctamente, pero dando prioridad a la observación del comportamiento de nuestro
"corazón"). Recordemos que Juan comía langostas y Jesucristo comía peces, pan, etc., incluso, seguramente
tomaba equilibradamente el vino como digestivo (otra cosa era el caso de los esenios; ellos comían ritualmente –
una vez al año, a un cordero mondado o sin huesos quebrantados).
Debemos permitir y laborar para que el "Niño Ideal", el Cristo, nazca en nuestro corazón, en el cuerpo brindado
por La Virgen Madre. La Virgen Madre y el Espíritu Santo son inherentes al 1er. sistema solar en manifestación.
Con el advenimiento del Cristo histórico, la Tierra recibió el germen del 2o. sistema solar del Hijo, de las
correctas relaciones y de atracción comprensiva y magnética. El Tercer milenio –dentro de los planteamientos
del pensador tibetano Djwal-Khul, no es el de la Madre; tampoco es el del Hijo, aunque si el de la expansión de
su mensaje. Con el advenimiento de la fuerza avatárica (salvadora) de la Voluntad divina, el tercer milenio es el
del Padre o del Espíritu, el del "Fuego Consumidor".
El Cristo histórico dentro de los esenios pudo culminar Su labor salvadora mediante Jesús, el representante de
Marte quien nada poseyó (invirtiendo la situación de los "Tres Reyes Rebeldes" quienes creyeron que
traspasarían el "Portal de Be ѡ