Donde Dios habla al hombre.
Nota Editorial: el "temor" –sostiene el tibetano D.K. en "Espejismo – Glamour:
Un Problema Mundial" de A.A.B., es la raíz de todos los "espejismos". Cuando
los apóstoles de Jesucristo se encontraban en una mar turbulenta y oscura, Él
les brindó tranquilidad diciéndoles "Calma. Soy Yo, No temáis". La transcripción
de la siguiente visión presenta al Dios en Quien vivimos, nos movemos y
tenemos nuestro ser. El, nos acompaña desde nuestro interior en todas las
etapas claves o de transformación en nuestra vida, en medio de los fenómenos
naturales de la Tierra y el cosmos donde nos desenvolvemos. La palabra
"serénate" es una forma positiva para decirnos "calma, tranquilos; siempre estoy
con vosotros".
Te hablo. Serénate, reconoce que Soy Dios.
Te hablé cuando naciste. Serénate, Soy Dios.
Te hablé en tu primera mirada. Serénate y reconoce, Soy Dios.
Te hablé en tu primera palabra. Serénate y reconoce, Soy Dios.
Te hablé en tu primer pensamiento. Serénate y reconoce, Soy Dios.
Te hablé en tu primer amor. Serénate y reconoce, Soy Dios.
Te hablé en tu primer cántico. Serénate y reconoce, Soy Dios.
Te hablo a través del pasto de las praderas. Serénate y reconoce, Soy Dios.
Te hablo a través de los árboles de los bosques. Serénate y reconoce, Soy Dios.
Te hablo a través de los valles y de las colinas. Serénate y reconoce, Soy Dios.
Te hablo a través de la montaña sagrada. Serénate y reconoce, Soy Dios.
Te hablo a través de la lluvia y de la nieve. Serénate y reconoce, Soy Dios.
Te hablo a través de las olas del mar. Serénate y reconoce, Soy Dios.
Te hablo a través del rocío de la mañana. Serénate y reconoce, Soy Dios.
Te hablo a través de la paz del atardecer. Serénate y reconoce, Soy Dios.
Te hablo a través del fulgor del sol. Serénate y reconoce, Soy Dios.
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