Renacer. Y se fueron entre los Hijos de los Hombres para traer la Luz de Paz a
los combatientes en la oscuridad. Y se despidieron deseándose mutuamente:
"LA PAZ SEA CON VOSOTROS".
Comentarios complementarios:
Es interesante recordar a Al Biruni quien tanto aportara a la cultura del mestizaje
del mundo en la zona ibérica. El, en el siglo XII, conocía este mensaje mercurial
(pues el día especial de los Esenios era el Miércoles), referenciando a los
Esenios como "los de la cueva" (apréciese la relación con el "vientre de la
Tierra" o de la Madre Virgen donde se gestó y abrió paso "el camino al Señor").
Esto nos lleva a reflexionar en los misterios "naturales y sobrenaturales"
entregados "a campo abierto" (como lo dijera el poeta Walt Withman en "Canto
al camino Real"). Dice D.K. en "La Exteriorización de la Jerarquía" de Alice A.
Bailey, que Cristo –como adulto, sólo visitó en una ocasión el templo (para
generar un disturbio en su conjura a los mercaderes del templo). Su mensaje por
la VIDA, por la CREACION, fue sostenido a toda costa, mientras se manifestaba
como Salvador y protector de los enfermos, las mujeres, niños, ancianos,
desamparados y desprotegidos. Su muerte violenta -que pretendía escarmentar
a sus posibles seguidores, debe ser recordada, pero ante todo hemos de
recordar Su mensaje pedagógico por el reconocimiento de la Vida del alma y del
Espíritu dentro de las formas corporales de este mundo.
"Resurrección" es la nota clave de la naturaleza, pero no la muerte. La muerte
es la antecámara de la resurrección del espíritu en la humanidad, en todas las
formas, en todos los reinos; es el objetivo de todo el proceso de la evolución lo
cual significa liberarse del materialismo y del egoísmo. En la resurrección del
espíritu en la humanidad, la evolución y la muerte son meras etapas
preparatorias y preliminares. La tónica y el mensaje dejados por el Cristo cuando
estuvo la última vez en la Tierra, fue "Resurrección". (D.K. "La exteriorización de
la Jerarquía" de A.A.B. en la página 389).
Ahora brindamos una referencia de un practicante del ayuno, del siglo XX. Se
trata de Arnold Ereht. Sus dos textos recomendados son "Ayuno racional" y
"Dieta amucosa. Para el rejuvenecimiento físico, mental y espiritual". En su
"Opera Omnia", Paracelso revela para su época el problema del "tartarus" (las
acumulaciones tóxicas en la mucosidad excesiva de las paredes intestinales)
como causa de innumerables enfermedades. No está por demás recordar los
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