como el esplendor de la Luz Eterna.
Anexo complementario:
E. EL PODER DEL PENSAMIENTO (El Puente del "Arco Iris").
Del Libro IV que hemos trascrito, destacamos ahora el título "LA SEPTUPLE
PAZ". Queremos presentar inquietudes para los de mente y corazón abierto,
dispuestos a ampliar su conciencia. Para ello, presentamos la ampliación de la
revelación de la que el Cristo dejó la semilla profética, brindada con simplicidad,
debido a las circunstancias evolutivas de la humanidad de hace unos dos mil
años.
En la página 521 de "Los Rayos y las Iniciaciones", el pensador Tibetano DjwalKhul (conjuntamente con Alice A. Bailey) dice:
"El judío ha sido siempre (sería útil que lo recordara) el símbolo de la humanidad
evolucionante, buscador, inquieto, materialista, separatista y codicioso. Es el
símbolo de la conciencia masiva que presenta esta conciencia en forma
exagerada; busca siempre un hogar, y es el verdadero Hijo Pródigo del Nuevo
Testamento.
Curiosamente, los judíos nunca fueron una raza guerrera, desde el tiempo de la
triste historia de la conquista de las primitivas tribus de Palestina; han sido
perseguidos y repudiados a través de los siglos, y en represalia han seguido
simplemente adelante –el judío errante buscando un hogar y la humanidad
errante, diciendo siempre, "debo ir a mi Padre". El móvil del Hijo Pródigo en la
historia del Evangelio, es estrictamente materialista, y tenemos aquí un ejemplo
sobresaliente del conocimiento profético de Cristo.
El judío no solamente ha repudiado al Mesías (que su raza produjo), sino que ha
olvidado su excepcional relación con la humanidad …"
Recordemos brevemente del Libro III el título "Profecías", más o menos hacia la
mitad de su contenido donde se lee: "Y sobre cada montaña y cada colina habrá
ríos y corrientes de agua en el día de la gran catástrofe, cuando caigan las
torres.
En ese día la luz de la luna será como la luz del sol y la luz del sol será siete
veces mayor." (Ya se habían hecho comentarios con invitamos a releer).
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