Bendice al Padre Celestial, Oh alma mía.
LAMENTOS (Corto aparte representativo):
Nota: Esperamos –si es de mucho interés, buscar el resto del texto, como un
ejercicio de investigación y ampliación; él, es mas bien corto. Preferimos
extender (mucho más amplio que éste y el otro titulado PROFECIAS)
"Fragmentos del Libro de las Revelaciones de los Esenios" que vendrá dentro
del Libro IV.
… "Por esto lamento y oculto mi cara con congoja, por la belleza del jardín
perdido y la dulzura ausente del canto del ave, que cantaba en las ramas del
Arbol de la Vida." …
"A orillas de los ríos de Babilonia, si, allí nos sentamos y gemimos, cuando
recordábamos a Zión. Colgábamos nuestras arpas de los sauces. ¿Cómo
habremos de cantar la canción en una tierra malvada? Que mi mano derecha
olvide su destreza, si te olvido, oh Jerusalén. Que mi lengua se pegue al
paladar, si no te recuerdo, pues Babilonia es la esclavitud del mundo y Zión es la
libertad de la Hermandad."
"Oh, a Ti clamaré. Pues el fuego ha devorado los pastos de las pradera y las
llamas han quemado todos los árboles del campo.
Las bestias de la llanura también claman a Ti, pues los ríos de agua se han
secado y el fuego ha devorado los pastos de la pradera."
Nota: el Instructor Tibetano Djwal Khul sostiene que mientras los devas o
ángeles (la evolución "dévica" paralela a la humana, propia del Primer Sistema
Solar en manifestación o del sistema de la evolución de la materia) crean o
construyen, la evolución de la "conciencia" o humana ha de usufructuar (en
correcta relación o en beneficio de ambas evoluciones) tal obra en "sacrificio".
También afirma este Sabio comprensivo que los árboles se "inician" mediante el
fuego (fuego de madera al servicio –por ejemplo, de la época del vapor, o
debido al calor del sol) y que hay lugares en el planeta que deben ser
conservados tal como están (ciertos desiertos o zonas selváticas protegidas por
los devas verdes magnéticos). Es muy factible que allí se vea un paisaje agreste
pero en otras dimensiones sutiles, en materia etérica más refinada, se
encuentren parajes o "moradas" que se irán haciendo visibles a medida que los
nuevos niños (con cualidades inherentes a su naturaleza, tal como la virtud de la
"visión etérica") y otras personas sensibles, den sus testimonios sin temor a
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