-Bueno, solamente dije que son buena pareja.
-¡Dije que te calles!—gritó el oficial Fuentes
apuntando su arma a Pablo.
A María le dejaron en el hospital y se fueron a la
estación de policía. Cuando llegaron, los oficiales
Fuentes y Gutiérrez y Pablo entraron a la sala de los
criminales. Lo primero que hizo el oficial Fuentes,
fue quitarle la máscara. Los tres se sentaron y el ofi-
cial Fuentes empezó.
-Nombre y apellido.
-Pablo González.
-Edad.
-Treinta y cuatro años.
-¿Cuál fue la causa del asesinato?
-Ese pelotudo nos debía plata desde hace mil.
-¡Mentira! Él fue el director de una escuela, no
puede ser que él les deba dinero.
-Él no fue pobre, pero no quería devolver.
-¿Cuánto es?
-Diez mil pesos.
-¿Para qué quiso ese dinero?
-Ni idea.
-¡Mentira! Mejor revisemos tus bolsillos.
El oficial Fuentes por la derecha y el oficial Gu-
tiérrez por la izquierda. Cada uno encontró una esta-
tua Swarovski.
-La causa del asesinato fue el robo. ¿Así es?