Aquí los muertos viven Por: Rebeca Guzmán Silvestre
Pedro Páramo, novela catalogada en el subgénero: realismo mágico; se publicó por vez primera en
1955. Escrita por Juan Rulfo - escritor, fotógrafo y guionista mexicano (1917 – 1986) -, quien ha
recibido el reconocimiento mundial con la publicación de dos obras: el libro de cuentos El Llano en
llamas (1953) y Pedro Páramo. Y aunque siguió escribiendo, solo dio contados textos. Según el
autor, “Pedro Páramo” fue escrito en cinco meses; de abril a septiembre de 1955.
En “Pedro Páramo” la voz que nos va contando la historia es de primera persona, pero va cambiando
quien la cuenta, y en la narración vamos del presente al pasado, y del pasado al presente; aunque
para la voz que lo narra, todo es presente. En el transcurso de esta historia, en algún momento nos
encontramos con la revolución mexicana, lo que hace pensar que algunas partes ocurren alrededor
de 1900.
La historia se desarrolla en Cómala: Aquí los muertos viven; un lugar que en estos días no
encontraremos más que en las páginas de algunos libros. Aquí, donde el aire es escaso, se pueden
escuchar las voces de los que ya no están vivos; y si escuchas sólo el silencio, es porque no estás
acostumbrado a él.
Juan Preciado llega a este lugar buscando a Pedro Páramo, por promesa hecha a su madre en el
lecho de muerte.
Cómala es un pueblo hace recordar raíces. Es una historia mexicana que puede parecer muy actual
en algunos aspectos; un hombre que hace las leyes como quiere -y aquel que se interponga muere; donde son tantos los muertos que rezar no es suficiente. «Si acaso les tocaría un pedazo de
padrenuestro. Y eso no les puede servir de nada.»
Los personajes se van revelando poco a poco, algunos teniendo papeles protagónicos y otros según
pasa la narración van apareciendo en el relato como ayuda a la historia. Cada personaje tiene su
propia forma de expresarse, haciéndonos sentir cierta familiaridad con el lenguaje que se maneja
en algunas zonas rurales del país y a pesar de ello, tal vez escuchamos en el lenguaje cotidiano de
las personas con más edad.
Por ello, “Pedro Páramo” es una lectura obligada.