El uso de la TIC en la escuela. El caso de la Escola Móbile (Enero, 2014) | Page 12
acuerdo con el sistema brasileño de
enseñanza, sigue el sistema creado en
la Revolución Industrial para una
sociedad que ya no tiene nada que ver
con la nuestra. Lo que se ofrece es, sin
duda, una educación de calidad
académica y personal: los alumnos
desarrollan muchas de sus capacidades
y habilidades, adquieren conocimiento,
crecen como personas y desarrollan sus
capacidades
sociales.
Pero
consideramos que eso no es suficiente.
En conversaciones con los estudiantes,
se pone de manifiesto que aunque sean
nativos digitales, la mayoría no tiene
tanto conocimiento de las TIC como el
que se le presupone a un nativo digital.
Utilizan muy bien sus móviles e
internet,
especialmente
para
actividades de entretenimiento. Pero
cuando se trata de utilizar las TIC como
herramienta de trabajo, con algunas
excepciones, su
conocimiento es
limitado.
Muchos no conocen herramientas
básicas como Google Scholar, no
utilizan organizadores como Evernote,
Delicious o Pinterest y limitan su
identidad digital a Facebook (y no
siempre hacen un buen uso de él).
Muchos de los profesores argumentan
que los adolescentes ya viven en el
mundo digital todo el tiempo y que la
escuela les debe ofrecer otras
posibilidades; pero la realidad es que
los estudiantes conocen poco de la
tecnología y de cómo utilizarla, y la
escuela
no
les
da
muchas
oportunidades para adquirir
conocimiento o mejorar su uso.
ese
Incluso cuando se trata de tecnologías
que los alumnos utilizan y dominan, no
existe la oportunidad de desarrollar sus
usos en el
La misma resistencia frente al uso del
móvil se da para los iPads. Cuando se
empezó la discusión sobre cómo
utilizarlos, la mayoría de los profesores
del centro argumentaba que los
alumnos no deberían poder tener sus
iPads en clase, ya que se iban a distraer
con aplicativos sociales y no estarían
atentos a las explicaciones del profesor.
Es decir, hay un miedo a la pérdida de
control en relación a las tecnologías
móviles tan grande que impide a la
institución de reconocer sus beneficios.
Las redes sociales tampoco son parte
del día a día escolar. Muchos
profesores tienen una página personal
en Facebook, pero es un acuerdo de la
dirección del centro que no se debe
aceptar alumnos como amigos. La
propia escuela tiene una página
institucional en Facebook, aunque no
actualizada. Casi ningún profesor tiene
Twitter y el de la escuela tampoco
funciona. Muchos alumnos no utilizan
Twitter porque no saben cómo
funciona ni para qué sirve.
Por otro lado, cabe decir que los
estudiantes encontraron una manera
de utilizar las redes sociales en favor de
su actividad escolar: tienen grupos
cerrados en Facebook, en los que se
organizan sesiones de estudio, crean
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