quinta que fue de Varela, cosa que fue aceptada, siempre y cuando, se abriera el camino de
Sorchantes (actual Avda. Garibaldi) que corría
al frente de dichos terrenos. La Compañía se
comprometió a abrir dicho camino pero a su vez
exigió a la Comisión la construcción de una plaza (Gral. Eugenio Garzón, hoy llamada Cardenal
Antonio María Barbieri) frente al Templo.
EL HOSPITAL VILARDEVÓ
Miguel Antonio Vilardebó, comerciante y saladerista de la ciudad de Montevideo, había
adquirido en abril de 1839 lo que constituyó
su quinta del Reducto. A ella, el 19 de junio
de 1860, fueron trasladados los alienados
mentales existentes en el Hospital de Caridad al llamado Asilo de Dementes. Allí fueron
enviados 28 pacientes, entre hombres y mujeres y año a año se iba incrementando en mucho
número de internados.
En 1867 el gobernador provisorio de la República, Gral. Venancio Flores, había colocado la piedra fundamental del nuevo edificio
para el Asilo de Dementes en la quinta que
fuera propiedad del catalán Vilardebó. Por
diferentes motivos la obra se fue posponiendo y recién en el año 1876 se reemprendió la
obra, con un nuevo proyecto a cargo del Ing.
Eduardo Canstatt. La prensa montevideana
difundía en diciembre de 1879, poco antes
de inaugurarse el Manicomio Nacional, que
el nuevo establecimiento fue inspirado en las
mismas ideas pías de caridad y beneficencia
que el primer hospital civil. Fue sin duda una
obra de gran magnitud para la época- el mejor de América del Sur – y refleja honor para
la comunidad que lo realizó. Se inauguró el 25
de mayo de 1880, con una solemne ceremonia
que reunió una multitud, calculada en 12.000
personas. El acto contó con la presencia del
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Presidente de la República, Francisco Antonio
Vidal y la participación de varios Secretarios
de Estado, Ministros, y distintas personalidades del quehacer nacional. El edificio había sido
embanderado, hubo desfile y bandas de música
para festejar el acontecimiento. Lamentablemente toda esta pompa inicial de un hospital
que fue considerado el mejor de América, en
su fundación, el paso del tiempo y la desidia
de las autoridades, hicieron que cayera en un
deterioro inaceptable, olvidándose que sus internos son seres humanos dignos del mayor de
los respetos. Este año en el carnaval el grupo
de Parodistas Zíngaros, en una de sus parodias, realizó una pintura extraordinaria de la
vida en ese nosocomio resaltando, con mucha
altura, todas las carencias y el olvido, no sólo
de las autoridades, sino también de una gran
parte de la sociedad, que hemos convertido a
sus internos, con nuestro silencio, en la “sociedad del olvido” Cabe destacar que desde hace
muchos años funciona una emisora de radio,
conducida por los propios internos, tratando de hacerse oír, no sólo en sus reclamos,
sino también en sus creaciones artísticas y
periodísticas. La radio se llama “Vilardevoz”.
EL HOSPITAL ESPAÑOL
Otro centro de salud importante del barrio
es el sanatorio Hospital Español, que fue inaugurado en el año 1909 y fue financiado por
la colectividad española. El Hospital Español
se encuentra en la calle Garibaldi, frente a la
iglesia del Reducto. Estuvo cerrado durante
mucho tiempo y fue reabierto en el año 2006
durante la anterior gestión del Dr. Tabaré Vázquez.
El barrio se fue diversificando, se instaló la fábrica de Fósforos Victoria y con la llegada del
Mercadito de las Flores en la calle Guadalupe,