EL BALNEARIO DE PIRIA
LA FUNDACION DE PIRIAPOLIS ENCIERRA
M U C H A S H I S TO R I A S S U M A M E N T E
INTERESANTES, LO MISMO QUE LA
PERSONALIDAD DE SU INSPIRADOR
Francisco Piria nace en Montevideo el 21 de
agosto de 1847. Hijo de padres genoveses de
tradición navegante, su padre fallece siendo este
muy joven. Por este motivo fue llevado de muy
pequeño a Italia donde un tío suyo, monje jesuita
se encargó de su educación y le dio conocimientos
histórico-mitológicos y filosóficos que sin lugar a
dudas posteriormente lo influenciarán a lo largo de
su vida. Es bien conocida su inclinación por la
alquimia y su obra por ello estará llena de
símbolos místicos: vírgenes, ángeles, leones
alados (grifos), perros de caza, águilas, rosas y
hasta las mismas columnas de la rambla de los
Argentinos están inspiradas en esas creencias.
A los 16 años ya está de vuelta en Uruguay y
al poco tiempo se inicia como “hombre de
negocios”. Hacia el año 1875 comienza a
dedicarse a la venta de solares en cuotas en
Montevideo, actividad en la cual forja parte de su
fortuna y mediante la cual se hace responsable de
la actual fisonomía de varias ciudades del país
fundando numerosos barrios en Montevideo y el
interior.
Es probable que esta ocupación le haya
permitido emprender su grandioso proyecto de “La
Industrial” cerca de la costa, en el departamento
de Maldonado donde la Sierra de las Ánimas se
introduce en el estuario formando la bahía
entonces conocida como puerto del Ingles. Otras
“mentas” hablan de formas de financiarse “non
santas” aprovechando los encallamientos de
buques en la zona provocados por un faro que
“aparecía” algunas noches de tormenta y que los
navegantes confundían con el de Punta del Este.
En el año 1890 Piria da dos pasos
importantes. Luego de una visita a Maldonado e
impactado por la zona a la que avizora como de
gran futuro, compra las tierras que se
extienden desde el Puerto del Inglés hasta el
Cerro de Pan de Azúcar y emprende un viaje a
Europa. Viaja con muestras de granito de la
zona, visita canteras en el viejo continente y
descubre maquinarias que cortan la piedra.
Además de sus plantaciones, emprende en el
lugar el negocio del granito con el que
abastecerá de adoquines a las ciudades de
Buenos Aires y Montevideo, además de las
piedras talladas por maestros picapedreros
para todo tipo de empleo en
las
construcciones.
Consecuencia de esta actividad es la
creación del Pueblo Obrero hoy conocido como
“el Pueblito” alrededor de la Iglesia nunca
terminada en la cuesta que conduce al Pan de
Azúcar.
Hacia el año 1893 ya hay centenares de
obreros trabajando en “La Industrial” y el
proyecto está en marcha: olivares, viñedos, las
destilerías y la cantera. Unos pocos años
después se venderá vino, brandy y cognaquina
de Piriápolis. Pero el proyecto de Piria es más
ambicioso y piensa en la construcción de un
balneario al estilo de los del Mediterráneo en
una época en que el turismo recién daba sus
primeros pasos como actividad social para
grandes sectores de la población.
El proceso fundacional del balneario de
Piriápolis si bien comenzó en el año 1890 con la
compra de los terrenos por parte de Piria.