El Uru Revista Nº 24 | Page 13

Gozosamente ajenos a tanto prejuicio racial, por esos años los negros estaban estrenando algunos títulos legendarios de nuestro carnaval: Los Esclavos del Nyanza, nacidos en el conventillo La Facala; Lanceros Africanos del conventillo Muchas Puertas; Los Libertadores de África donde dirigió la cuer da y tocó el repique José Leandro Andrade y tantos otros. Durante los días de carnaval, los cientos de negros y lubolos componentes de cada agrupación recorrían las calles de Montevideo desde las dos de la tarde hasta la noche. Cuando dos comparsas se encontraban, los respectivos estandartes se saludaban y ambas redoblaban la intensidad de sus tamboriles , tocando “a taparse”. Pero el punto culminante de aquel duelo carnavalero era el desafío de los escoberos que se enfrentaban “a la buena” y mientras bailaban en una pierna y hacían malabarismos con la escoba, usaban la otra para intentar derribarse con violentas zancadillas, lo que derivó a veces en feroces batallas. Recién en 1956 se oficializó el desfile de “Llamadas” en el carnaval, las que se realizan en el barrio Sur y con las que se reúnen tres zonas montevideanas de “toque” perfectamente diferenciadas: Ansina, Palermo y Cuareim, ante un público cada vez más exigente y participativo. El Tablado Vecinal –el más genui no y mítico de nuestros escenarios carnavaleros- nace en 1890 en la plazoleta donde se juntan 18 y Rivera. El Saroldi nace a iniciativa de los vecinos de la zona. El concurso de agrupaciones organizado por el Tablado en su fundación congregó a más de cinco mil personas y contó con la participación de casi 20 comparsas que interpretaron las dos mejores canciones de su repertorio y se disputaron un único premio consistente en un “bello objeto de arte”. Fue un hecho fundacional para nuestro moderno carnaval, como lo fue otra de las iniciativas impulsadas poco tiempo después en el mismo Saroldi: los premios al canto, a la música, a la letra y al traje; base de los futuros “rubros” que todavía hoy vertebran el concurso oficial. A partir del Saroldi la proliferación de tablados que conoció Montevideo fue asombrosa. Hacia 1930 la ciudad tenía unos 300 escenarios y no contaba más de 650 mil habitantes. Pero hablar del “Centenario” es hablar de Troupes, y hablar de troupes es hablar del Loro Collazo director de La Oxford y de Salvador Granata su par de Un Real al 69 aunque hubo otras que también concitaron el fervor popular.