EL TINTERO DE ORO MAGAZINE Nº 4 EL TINTERO DE ORO MAGAZINE Nº 4 | Page 119
Fue tan decepcionante para los postres tradi-
cionales aquel ostensible rechazo de los huma-
nos, que al llegar la cena de Nochevieja temie-
ron desaparecer del menú. Aquello les llevó a
arrepentirse sobre su mezquina conducta con el
forastero. Había que devolverle a su primigenio
estado, con lo que nada mejor que enfriarlo en
la nevera, de ello se encargó Polvoroncillo, pues
su inocente súplica a fin de resucitarlo hizo que
toda la familia cambiara de actitud, lo que le
colmó de alegría, dando saltos y gritos: «¡hip hip
hurra... Vivan las fiestas de Navidad y del Año
Nuevo!»
Con ese buen ánimo entraron al comedor
donde todos lucían sus mejores galas perfuma-
dos de aromas deliciosos y con sabores únicos.
...Los comensales los miraron asombrados y
aguardaron que se sentara un niño impaciente,
después de cometer una de sus típicas trave-
suras.
—Disculpa, amigo Helado vegano, pero he
tropezado sin querer... en realidad, me han em-
pujado y no sé cómo salir de aquí —balbuceó
nervioso arqueando las cejas, don Turrón, a
quien aquel niño al que le gustaba hacer trave-
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