EL TINTERO DE ORO MAGAZINE Nº 4 EL TINTERO DE ORO MAGAZINE Nº 4 | Page 102
con el rodillo y forma las figuritas con los
moldes: un abeto, un reno, una campana, un
Papá Noel, un muñeco de nieve... Las dispone
en la bandeja del horno y las hornea con cui-
dado de que se doren sin quemarse. Para una
vez que se anima a hacer en casa ese dulce,
quiere que todo salga perfecto.
Cuando termina de sacar la primera tanda del
horno, el aroma a almendras impregna la casa,
pero sobre todo la cocina. En ese momento llega
su marido.
—¿Qué haces, Amparo? ¡Qué bien huele! ¿No
vienes a darme un beso?
Ella sale al pasillo escondiendo un precioso
reno de mazapán en la espalda y le da un tímido
beso en la mejilla mientras él le toma la mano
libre y se la lleva a la nariz.
—Mmm, te huelen las manos a almendras
amargas.
Saca de la espalda la figurita con un ¡tachán!
torpe y emocionado. Sabía que ese postre era el
más adecuado. Su marido se lo mete en la boca
con glotonería, ella le mira con tristeza y
entonces sonríe.
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