El sueño de una sombra PREVIA | Page 21

El sueño de una sombra 21
sido invitada , junto a su madre , a la inauguración de la sala de arte aquel enero . En esa época , mamá todavía estudiaba en las monjas y recibía la educación típica del momento : « Bordar , coser , leer libros devotos , oír misa y correr por la huerta detrás de las mariposas », como describe Moratín en su libro El sí de las niñas .
Ese hombre , al que yo había visto en retratos y fotos con una barba larga , típica de la moda de finales del mil ochocientos , bajo de estatura , robusto de complexión y que decían que era muy nervioso , cautivó tanto a mi bisabuela que , a escondidas de sus padres , esta le visitó a menudo en su estudio de la calle Fernando , lo cual dice mucho sobre el temperamento decidido de Mamá Julia , a la que recuerdo como la matriarca de la familia a quien todos rendían pleitesía . Habría sido un gran escándalo si se hubiese sabido algo sobre estos encuentros furtivos , pero nunca lo supo nadie más que mi madre , cuando mi bisabuela se lo contó sesenta años después .
— Nena , no sabes lo mucho que me enamoré de Eliseo , pero vivíamos en un tiempo en el que la reputación de una mujer era muy importante y había que tomársela en serio . Tuve miedo – le explicó Mamá Julia a Sibila y luego Sibila a mí .
Aunque Papá Eliseo tenía un aspecto agreste , como lo describen las revistas de la época , era un hombre de mucha sensibilidad que , en sus cuadernos más personales , que han quedado en manos de la familia , escribía sobre el amor como « lo más grande que existe ». Esos pensamientos tan íntimos fueron recogidos en una libreta que me llegó junto con algunas pertenencias de Mamá Julia . Papá Eliseo escribía :
« Querer a una mujer de verdad y ser correspondido es el mayor milagro que existe ».