EL SISTEMA DIETAS NO MENTIRAS PDF GRATIS DESCARGAR COMPLETO | Page 15
Mi médico me diagnosticó presión arterial alta y diabetes tipo 2, y me hizo una advertencia clara de que yo era
susceptible de tener un accidente cerebrovascular o ataque cardíaco en cualquier momento, a menos que
perdiera al menos 100 libras.
Me dio prescripciones para un montón de medicamentos diferentes, y luego salí caminando torpemente de su
consultorio...
Ahora, allí es cuando una persona razonable se habría dicho a sí misma, "YA BASTA". ¡Es hora de poner mi
triste trasero en forma y salvar mi vida!
Pero yo no.
Me sentía completamente impotente y sin esperanza.
Ni siquiera me molesté en ir a la farmacia y recoger mis medicamentos...
En vez de eso, me dirigí al drive-thru de McDonald 's y me llevé suficiente comida como para asfixiar a un
caballo.
Luego me fui a casa y me tiré en el sofá, para atragantarme de comida y olvidarme de todo viendo televisión.
Los niños estaban en la escuela, y mi esposa estaba en el trabajo. Tenía un par de horas para hincharme de
comida en paz antes de que volvieran...
Pero supongo que comí tanto que caí en coma... porque lo siguiente que supe, fue que la voz enojada de mi
esposa Daniela intentaba despertarme.
Estaba de pie frente a mí. Con mis prescripciones en la mano.
Seguro las había encontrado en mi billetera...
"Tito, ¿qué te estás haciendo a ti mismo?", gritó. "¡Supongo que no es necesario preguntar cómo te fue en la
cita con tu médico- estos medicamentos son para presión arterial alta y diabetes!"
Empujé las cajas vacías de Big Mac de mi pecho, limpié el helado de chocolate de mi boca, y le grité con
frustración…
“A esta altura no importa. Voy a morir joven y gordo, igual que mi papá. Es mejor que lo aceptemos, y voy a
disfrutar el tiempo que me queda".
Fue entonces cuando escuché la voz de mi hija de 6 años, Annabelle...
"Papi... ¿te vas a morir?"
Miré hacia ella. Annabelle estaba de pie en la puerta, abrazada a su osito de peluche.
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