EL SEÑOR DE LAS SOMBRAS (Biografía no autorizada de Alvaro Uribe) 1 | Page 83

CAPITULO IV El candidato de los paras
El sábado 10 de junio de 1995, una bomba de regular poder explosivo mató en el parque San Antonio, de Medellín, a 29 personas y dejó heridas a 207. Ante un hecho de semejante magnitud: un atentado contra gentes que disfrutaban con su familia del descanso de fin de semana, el gobierno nacional ordenó una investigación especial y prometió tener resultados en 72 horas; la Fiscalía, la Policía y el Das unieron esfuerzos para adelantar una investigación conjunta que permitiera dar con el paradero de los delincuentes; la curia metropolitana condenó el hecho y ordenó que lo recaudado en una“ misa de solidaridad cristiana” se le entregara a los afectados por la tragedia; el alcalde, Sergio Naranjo, dijo que se trataba de un hecho aislado; y el gobernador de Antioquia, Álvaro Uribe Vélez, pidió que se decretara el estado de conmoción interior. Ante esa curiosa intervención del mandatario seccional, el alcalde de la ciudad, Sergio Naranjo, tuvo que explicar que“ una medida tan drástica, se convertiría por sí sola en otro elemento desestabilizador”, y el representante a la Cámara, Benjamín Higuita Rivera, rechazó la propuesta y consideró que la conmoción interior era la“ antesala para imponer la figura de los alcaldes militares”. Esa era, claro está, la idea del gobernador.
Un mes antes, el 10 de mayo, había aplicado la medida en Amalfi, una tradicional población del noreste de Antioquia. Los habitantes protestaron: en ese momento se trataba de algo insólito, y su municipio sería el único que tendría alcalde militar en todo el territorio nacional. Pero el gobernador fue inflexible.
- ¿ Cómo quieren ustedes que controle la violencia? – le preguntó a la delegación que lo visitó para pedirle que no los sancionara-. Yo no encuentro otra forma. Ustedes están en mitad de la zona roja y allá hay presencia de paramilitares, de bandidos del ELN, de narcotráfico y de delincuencia común.
- Pero, señor gobernador- le dijo uno de los delegados-, lo único que ha sucedido en Amalfi en mucho tiempo es el atentado contra
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