EL SEÑOR DE LAS SOMBRAS (Biografía no autorizada de Alvaro Uribe) 1 | Page 66

- Cuéntame - le dijo ella -. Ese es, precisamente, un tema sobre el cual no tengo ninguna claridad. - El gobierno presentó su retiro como el resultado de una crisis política. Ahí hay una gran cantidad de nombres que se me escapan. Lo cierto es que el nuevo presidente de la república, Betancur, anunció que le daría a su administración un “empujón paisa”. - ¿Y eso qué es? - Bueno, mira cuántas cosas no sabes. Los paisas son los habitantes tradicionales de la gran Antioquia. Según parece, son unas personas que andan siempre vestidas con algo que llaman carriel y que en vez de zapatos usan unas cosas que se conocen como corroscas. Aja -dijo ella sorprendida -. Me parece raro, porque en las fotografías yo siempre los he visto vestidos de lo más común y corriente. - Eso es para las fotografías - dijo él -. Pero cuando están en su casa o en el trabajo, se visten con carriel y usan corroscas, y toman agua caliente. - ¿Agua caliente? - preguntó ella -. ¿Y eso para qué? - No tengo ni la menor idea -dijo él -. Pero debe ser hirviendo porque la llaman agua ardiente. Pero, bueno, eso es lo de menos. Lo de más es que Betancur anunció que en su gobierno habría un empujón paisa, y seleccionó a un grupo de “escogidos” que le ayudaran a darlo. Entre ellos estaba Uribe. Lo nombró como alcalde de Medellín, que es la segunda ciudad en importancia después de Bogotá. El tipo tenía 30 años. En la política colombiana eso quiere decir, ni más ni menos, que lo señala como posible candidato presidencial. Algún día. Y comenzó a trabajar... - ... y le ayudó a lo del metro, que era su programa estrella - interrumpió ella -. Eso ya lo sé. De modo que todo el mundo esperaba que siguiera ahí, hasta que se presentara la primera crisis política. - Sí. Que se presentó más pronto de lo esperado, y con un personaje que se veía lejano de todos esos tejemanejes y de todas esas camarillas. - Uribe - dijo ella. - Sí, Uribe. Ya te lo dije: el informe de la embajada dice que entre el gobernador, un señor llamado Villegas, y Uribe, no había química. Villegas era un político chapado a la antigua y Uribe era un muchacho tipo Harvard, que se había dedicado a criticar la politiquería. Cuando en Colombia alguien quiere surgir rápido, critica la politiquería. El gobernador nombró un funcionario que no le gustó a los jefes políticos tradicionales... - ¿Tú sabes cómo llaman en Colombia a los jefes políticos tradicionales? - lo interrumpió ella -. Caciques. ¡Cómo te parece! ¡Caciques! - ¿Caciques? - preguntó él -, ¿esos señores con 66