EL SEÑOR DE LAS SOMBRAS (Biografía no autorizada de Alvaro Uribe) 1 | Page 145
futuro se garantice la pureza del sufragio – dijo -. Haré realidad mi
lema de 'un poquito de poder para todos' e impondré una época
de transparencia democrática”. Y sin tiempo para pensar que la
polémica era con el conservatismo y no con sus copartidarios,
remató: “invito al liberalismo antioqueño a dirimir las
controversias mediante procesos democráticos”.
La situación parece calcada de lo que se vive hoy en día. Prensa
amiga, lema desabrido, palabras solemnes, respuestas elusivas.
Sobre el incidente, Uribe dijo que su campaña, que tenía dos
delegados en el Centro de Cómputo, recibió la noticia de que allí
se encontraba el senador Valencia Cossio. Reconoció entonces
que se trasladó al lugar y lo agredió verbalmente. “Le ofrezco
excusas al pueblo antioqueño, no a Fabio Valencia. Yo no voy a
aparecer como muchos políticos negando las fallas en que
incurrimos y, parodiando a José Ortega y Gasset, debemos dejar
de ser tolerantes cuando se trata de cumplir los principios y la
decencia”. Según Uribe Vélez, cuando todos salieron se enteró de
que el gobernador del Departamento, Ramiro Valencia Cossio,
había llamado al registrador a cuestionar una diferencia
matemática entre los datos suministrados por el órgano electoral y
unos cálculos que poseía la Gobernación. “Yo expresé mi tesis de
que ninguna de las ramas del poder público tiene injerencia en
otras - dijo Uribe -, e hice la denuncia pública y ante las
autoridades competentes”. Y remató: “Prefiero manejar las nuevas
situaciones con prudencia y de cara al futuro. Soy un combatiente
de la democracia, pero ajeno a los rencores. No soy hombre de
odios. Tenemos lealtades con el pasado pero son muy superiores
nuestras esperanzas con el futuro”. Entonces el gobernador terció
en el asunto y explicó: “Desde las 6:20 p.m. del domingo,
empezaron a demorarse los datos de los resultados de las
votaciones para gobernador en el departamento. Hacia las 7:15
de la noche recibí una llamada del senador Fabio Valencia, quien
me preguntaba por las demoras de los boletines. Yo le contesté
que tampoco teníamos nada. Poco después recibí otra llamada de
mi hermano, quien me dijo que, como gobernador, debía
establecer por qué estaba el senador Mario Uribe, de la campaña
de Álvaro Uribe en el centro de cómputo. Me comuniqué con el
delegado de la registraduría, Héctor Arango, a quien puse al
corriente de los hechos y le dije que si se dejaba entrar a uno,
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