EL SEÑOR DE LAS SOMBRAS (Biografía no autorizada de Alvaro Uribe) 1 | Page 115

del Estado a la hora de combatirlos explica en gran medida la fortaleza cada vez mayor de estos grupos”. El panorama del paramilitarismo en Colombia es angustioso. Para comenzar, está en manos de una serie de locos. Un testimonio impresionante es el del filósofo francés Bernard-Henri Lévy sobre su visita a Carlos Castaño. Aunque extenso, vale la pena leerlo en su integridad. Lévy, un intelectual reconocido mundialmente, ofrece un testimonio sustancialmente distinto del que han dado los periodistas colombianos que han entrevistado al jefe paramilitar, que han encontrado siempre a un hombre discreto, casi encantador, que recibe la comunión de manos de un cura católico (Aranguren, 2001, 193) después de confesar los peores crímenes que se hayan cometido en Colombia en mucho tiempo. El artículo de Lévy fue publicado en XXX el 6 de junio del año 2001 bajo el título “Las guerras olvidadas, 4. Colombia”. La traducción es de José Manuel Vidal. Y dice: “Carlos Castaño, alias Rambo, es el otro actor principal de esta guerra. También él, a la cabeza de un auténtico ejército, reina en los estados de Urabá, Sucre, Magdalena, Antioquia, Cesar, Córdoba, Cauca y Tolima, sobre territorios todavía más vastos, donde se le imputan crímenes horribles. “No me presenté ante él como periodista. A través de diferentes canales le mandé decir que era 'un filósofo francés trabajando sobre las raíces de la violencia en Colombia'. Al cabo de varios días, recibí un telefonazo, fijándome una cita para el día siguiente en Montería, la capital de Córdoba, el estado donde tuvo lugar la matanza de Quebrada Nain. Montería. Un toyota. Un chofer mudo. Y tres horas de malas pistas, en dirección a Tierra Alta. Finca Milenio, Finca El Tesoro... Las aldeas de Canalete, Carabatta, Santa Catalina... Estamos en el corazón de la zona de los finqueros, esos grandes propietarios que, en los años 80, fueron los que crearon estas Autodefensas de Córdoba y Urabá, que, ahora, se llaman paramilitares, el embrión del ejército de Castaño. “Estamos, si mis deducciones son buenas, en el límite sur de Córdoba y de Urabá, por donde pasa la línea del frente con las FARC. “El Tomate, un pueblo con su estadio de fútbol aplastado por el calor, sus billares, su gallería para los combates de gallos. Y, de pronto, un gran portalón de madera y otro y otro. Tiendas, cabañas de colores caqui, un garaje de jeeps, una 115