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Andrea Victoria Cano
El Yo infinito: (sinónimo de transformación), el cual jamás dice “Yo
Soy”, tiene la certeza esencial de que la propia entidad es algo único,
indestructible, inimitable, y no creado por el demiurgo. La sensación del
Yo es una manifestación del espíritu encadenado.
Clasificación de la Integración del Ser: Para que sea más fácil la
comprensión comenzaremos por realizar una categorización del estado
de Ser de acuerdo a la consciencia que tiene de su plexo: cuerpo, alma
(psique) y espíritu.
Ser No Integrado exalta una sociedad demócrata global, la
desorientación de sí mismo es total.
Cuerpo este hombre promedio solo es semi-consciente de su cuerpo,
de suplir sus necesidades fisiológicas, como comer, dormir, saciar sus
instintos sexuales, depende de los estímulos físicos para darle sentido a
su existencia, (no tiene posibilidad de identificar la causa del estímulo),
está lleno de temor, por ende se refugia en doctrinas religiosas para
justificar sus falencias y no hacer nada que vaya en contra de los
mandamientos de “ dios”, desconoce totalmente de cómo funciona su
organismo, recurre frecuentemente a médicos porque de todo sufre y no
se explica por qué (debilidad física y mental), es un buen marxista, un
buen capitalista, un buen LGTV, un buen demócrata. Todos sus
estímulos provienen de lo externo, su cuerpo es una realidad semi-
consciente.
Psiqué o alma: es inconsciente de su alma, es decir, aunque la percibe,
no la reconoce, pues piensa que todo es una especulación metafísica,
piensa que sus propias manifestaciones sutiles son a causa de sueños
o de malas energías, carente de intuición, castrado metafísicamente,
desconoce que su tensión es un reflejo de su alma (funcionalidad
subconsciente de su alma), esta absorbido por sentimentalismos, bajas
pasiones, dramas, piensa que su única forma de subsistir en la
macroestructura es derrochando su dinero en cosas materiales
(alimenta persistentemente la superestructura), huye del stress en
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