de Plantagenet, príncipe de Gales, hijo
y heredero de Eduardo III y apodado
“Príncipe Negro” parece que por el
color de su armadura. Eduardo entró
en Castilla y logró una gran victoria
frente a las tropas de Enrique de
Trastámara en la batalla de Nájera de
1367. Pedro I le había prometido tierras
y dinero, pero el rey no cumplió su
promesa. El Príncipe Negro volvió a
Francia, sin más compensación que
joyas y piedras preciosas, que Pedro le
había entregado personalmente. Entre
ellas el enorme rubí que le había
robado a Muhammad VI.
Es por toda esta historia por la cual al
famosos rubí (aunque ya sabemos que
es una espinela) se le conoce como “el
rubí del Príncipe Negro”.
La próxima vez que vean a un monarca
inglés con la corona imperial ya sabrán
más de cómo esta piedra preciosa tan
viajera llegó a tan real cabeza.
En la imagen, Isabel II y la
Corona Imperial en la apertura del
Parlamento
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