EL RUBÍ VIAJERO
Historia de cómo el rubí llegó a la corona imperial británica pasando por ájera y otros
lugares.
Quizás nuestros lectores se hayan fijado alguna vez en una de las más famosas joyas de la
corona británica, la corona imperial, que luce gran cantidad de diamantes, perlas,
esmeraldas, zafiros y rubíes. Uno de esos rubíes es el tema de este artículo. Les
contaremos su historia y cómo logró llegar a coronar la cabeza de los monarcas
británicos.
La corona imperial es una de las piezas
más valiosas de las llamadas joyas de la
corona. Pesa casi tres quilos y en ellas
destaca el rubí al que se le ha llamado
“del Príncipe Negro”, “de Pedro I el
Cruel” y también “del rey Bermejo de
Granada”. Antes de aclarar la
procedencia tenemos que advertir a
nuestros lectores que el rubí, no es en
realidad un rubí sino una espinela. Se
confundió con un rubí debido a que
algunas de las espinelas rojas se
parecen mucho a un rubí.
Volvamos con nuestra Historia. ¿Cómo
logró llegar a formar parte de las joyas
de la corona británica?
Se cree que se encontró en las minas
de Myanmar o de Tailandia, pero no se
sabe cómo la joya llegó al Reino de
Granada. En el s. XIV este reino tenía
muchos problemas y vivía una guerra
civil entre varios candidatos al trono.
Uno de ellos era Muhammad V, que fue
depuesto del trono pero lo quería
recuperar. Para lograrlo pidió ayuda al
rey de Castilla Pedro I el Cruel. El otro
candidato que se había proclamado
monarca era Muhammad VI, el cual fue
a Sevilla también a buscar el apoyo del
rey castellano. Para convencerle de su
ayuda llevaba muchas joyas y gemas
como ofrenda de paz. Per